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48 SEGURITECNIA Septiembre 2013 Protección contra incendios rantía de éxito requiere del trabajo en equipo de primeros intervinientes y ayu- das externas. Participamos con los res- ponsables de seguridad de las principa- les empresas de la ciudad en el asesora- miento durante la elaboración del Plan de Autoprotección, su implantación, la coordinación de simulacros y ejercicios que permitan no sólo testar sus pro- pios procedimientos internos sino tam- bién nuestros protocolos de interven- ción, convirtiéndose en una herramienta fundamental de corrección y mejora. La relación debe basarse en la con- fianza y compromiso en el bien común, que no es otro que la protección de personas y bienes. Para ello realizamos constantes visitas conjuntas a los princi- pales centros e instalaciones de nuestra ciudad, celebramos jornadas técnicas y compartimos información que nos per- mite elaborar los planes previos al in- cendio de sus centros como principal herramienta de información operativa en la primera respuesta. - ¿Qué hace falta para conseguir una “cultura de prevención contra incen- dios” en España? ¿Cree que esto será posible algún día? Por supuesto que será posible y en ese empeño trabajamos día a día. Hemos conseguido unos elevados niveles de protección de la población a través de ampliación y mejora de los servicios pú- blicos de extinción, las instalaciones, la tecnología, los materiales y el diseño de edificios e infraestructuras. Pero aún nos queda actuar sobre el factor más importante, el conocimiento y la ca- pacitación de la propia población de forma que le permita poner en valor es- tos avances, mantenerlos, ampliarlos y, sobre todo, hacer uso de ellos para au- toprotegerse y proteger a sus seme- jantes. No hay otro camino para con- seguirlo que, de una vez por todas, im- plantar en nuestras escuelas, de manera obligatoria y evaluable, la asignatura de Educación Escolar en Emergencias. Mientras tanto seguiremos trabajando la prevención y la divulgación con to- dos los medios a nuestro alcance, su- mando esfuerzos y voluntades. S Sin duda, uno de los aspectos que debemos corregir es la escasa implan- tación de la detección de humo, gas y CO en los hogares españoles. Estamos en porcentajes por debajo del uno por ciento, mientras que en países como EEUU el porcentaje de cobertura está en torno al 90 por ciento. El detector, en sus diferentes modalidades, salva vi- das, sea autónomo o analógico; es la primera línea de defensa cuando la pre- vención falla y el mejor aliado para pro- teger a nuestras familias del incendio nocturno, la muerte dulce por CO y las explosiones de gas. En el ámbito industrial, la protección contra incendios ha mejorado en los últimos años, si bien la normativa re- quiere una adaptación a las nuevas ne- cesidades e incluso tecnologías disponi- bles. Tenemos unos buenos índices de siniestralidad en este sector. Aún así, de- bemos seguir mejorando y muy espe- cialmente centrar el esfuerzo en el man- tenimiento de las instalaciones para que este coste no sea percibido por el em- presario como un gasto sino como una inversión, apostando cada vez más por empresas mantenedoras comprometi- das y de calidad. - ¿Qué tipo de colaboración mantiene su servicio con los responsables de se- guridad de las empresas? ¿Cuáles son las características que han de guiar esas relaciones? Día a día afianzamos estas relaciones, al comprobar que la seguridad y la ga- - ¿Qué influencia tiene el buen o mal estado de una instalación de protec- ción contra incendios en la extinción de un fuego? La influencia es crítica, pues un mal fun- cionamiento de una instalación de pro- tección contra incendios puede supo- ner desde la pérdida de vidas huma- nas a ingentes pérdidas económicas que desencadenen el cierre de activida- des, con la consiguiente destrucción de puestos de trabajo. Las instalaciones de protección con- tra incendios son nuestra primera ba- rrera ante el fuego. La evolución del fe- nómeno del incendio representado en su curva normalizada y las consecuen- cias inmediatas de los productos de la combustión sobre las personas y bie- nes hacen que nuestro tiempo de res- puesta, por muy optimizado que esté, no consiga los resultados que la socie- dad espera si no contamos con unas instalaciones que nos ayuden a detener su progresión y fatales consecuencias hasta nuestra llegada. - ¿Cuál es su opinión sobre las insta- laciones de protección contra incen- dios, por un lado, en las viviendas y, por otro, en los edificios industriales? ¿Qué aspectos habría que modificar? La protección contra incendios, explosio- nes e intoxicaciones en las viviendas es uno de los principales hándicaps que te- nemos en nuestro país. Se ha llevado a cabo un importante avance en la nor- mativa en relación con la protección pa- siva de las viviendas, en especial sobre las zonas comunes de las edificaciones, de- jando al margen el interior de los domici- lios que es, a día de hoy, donde continúan produciéndose víctimas por incendio, ex- plosión o intoxicación por monóxido que podrían ser perfectamente evitables. Por otro lado, el carácter no retroac- tivo de las normas nos lleva a tener un parqué de viviendas no adaptadas a las nuevas exigencias, siendo precisamente éstas las que tienen un mayor grado de vulnerabilidad ante el incendio, tanto por la antigüedad de las instalaciones como por su configuración arquitectónica, ma- teriales y tipología de ocupantes.
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