Seguritecnia 401
66 SEGURITECNIA Octubre 2013 telefonía, que han descuidado las ins- talaciones analógicas terrestres dedi- cándose más a este aspecto, y a los fa- bricantes de paneles y receptoras, que todavía no han tenido en cuenta este aspecto para sus productos. 4 Creo que el reto para el 98 por ciento de las CRA que operan en España no es sólo que se mantengan a la vanguar- dia de las nuevas tecnologías de recep- ción de señales y comunicación bidirec- cional como podría pensarse en un pri- mer momento, sino que sean capaces de orientar su objetivo de negocio a la calidad del mismo; esto es, no ostentar mantener miles y miles de conexiones mal atendidas pensando sólo en el ob- jetivo económico, sino que mantengan un número de conexiones óptimo que les permita prestar un servicio persona- lizado y de calidad, donde cada instala- ción individual cuente como la más im- portante de todas y donde todas y cada una de ellas pueda ser monitorizada dia- riamente y gestionada de la manera más eficaz posible. Aunque parezca algo ob- vio es conocido por todos que algunas CRA han perdido su propia identidad de empresa de seguridad en alguna parte del camino, convirtiéndose en multina- cionales que operan del lado de la eco- nomía y no de la seguridad. S al personal de las CRA, que en muchas ocasiones debe desatender otras seña- les para atender éstas, así como en la efectividad de las intervenciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. 3 Aunque éste es quizá el problema más importante al que se enfrenta una CRA en su funcionamiento diario, es evi- dente que el avance de la tecnología ha abierto nuevos medios de comunica- ción que en parte suplen estas deficien- cias, como el GPRS o el IP; esta comuni- cación es más segura, rápida y fiable. Destaca también el importantísimo papel que han desempeñado las co- nexiones mediante líneas digitales o 902, que han hecho posible que las se- ñales que no pueden enviarse a la re- ceptora puedan ser ‘enrutadas’ a través de otros medios de enlace. No obstante, quizá el avance más im- portante en este campo sea la telefo- nía IP. En este punto, querría hacer una crítica al común de los operadores de propia para operadores así como otra –más importante aún si cabe– para el personal encargado de la gestión de los operadores, de un plan de formación continua que conlleve la renovación de las acreditaciones oficiales. 2 Evidentemente, la imposición de ac- tualizar los sistemas de seguridad ins- talados en locales de especial riesgo al grado III, así como del resto de co- nexiones a CRA al grado II, ha produ- cido una renovación del parque tecno- lógico de centrales y sistemas instala- das en España que, aunque algo tímida en principio por los tiempos de crisis que vivimos, se hará más evidente con- forme termine el plazo impuesto para su adaptación total. Esta renovación de sistemas que ya están funcionando y que son de nueva instalación ha pro- ducido un impacto en la reducción del índice de falsas alarmas; una tendencia que esperamos se mantenga, ya que al final influye en sobrecostes añadidos 1 Valoro positivamente el esfuerzo que implica el reciente abordaje legislativo de nuestra actividad, que como sabemos se encontraba prácticamente huérfana de regulación. Aplaudimos sobre todo, en línea con el camino abierto por la co- nocida “Ley Ómnibus”, la apertura de los servicios que pueden prestar las CRA a otros ámbitos ajenos a los de seguridad a través de los conocidos servicios comple- mentarios. Es un avance importante que viene a ayudar en la comercialización de servicios de valor añadido. La participación de las CRA en el con- texto de la seguridad privada es de una “El objetivo no debe ser mantener miles de conexiones mal atendidas, sino un número de conexiones óptimo que permita prestar un servicio de calidad” “A las CRA no sólo se les atribuye la responsabilidad de sus acciones, sino también la del usuario y la del instalador” David Verdeja Director general de Ralset Centrales Receptoras de Alarmas
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