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SEGURITECNIA Febrero 2014 157 Artículo Técnico común, para que el resto de vecinos del inmueble estén prevenidos. Esta instalación de detección y alarma podría disponer además de pul- sadores de alerta dispuestos en rellanos y zonas comunes. Así, en caso de que el conato de fuego sea detectado en pri- mer lugar por las personas cercanas al mismo éstas puedan activar el pulsador y dar la alarma de forma temprana, sim- plemente saliendo al rellano de su vi- vienda. Si además este edificio dispone de un plan de evacuación en forma de un pe- queño cartel en cada rellano y de las debidas señales que orienten hacia las salidas más seguras, esta combinación de sistemas posibilitará una evacuación segura del edificio a la espera de los bomberos. Medios de extinción manual para co- natos de incendio: Consiste en dispo- ner de extintores manuales tanto en el interior de la vivienda (sugerimos un ex- tintor de 2 kg. de polvo ABC en la co- cina), como en cada rellano (sugerimos polvo ABC de 6 kg., o agua de 6 lts.), además de una BIE con manguera se- mirrígida de 25 mm en los rellanos de escalera conectada a la red de agua doméstica. Imaginemos que se ha producido un conato de incendio en un piso. Si todo lo explicado en el punto anterior ha funcionado correctamente, la central de detección habrá activado las alar- mas y se habrá prevenido a los veci- nos, que preventivamente estarán eva- cuando el edificio. En caso de incendios incipientes y entre tanto no llegan los bomberos, las personas con más experiencia o más preparadas, pueden actuar con me- dios manuales de extinción (extinto- res y BIE) en una primera fase, para poder extinguir el conato de incendio de una forma segura, o al menos con- trolarlo a la espera de la llegada de los bomberos. Estos mismos medios (extintores y BIE) estarán disponibles para que pue- dan ser usados de forma inmediata por los bomberos si así lo consideran oportuno. Compartimentación: Consiste en que al menos las puertas de entrada de las viviendas y puertas de zonas co- munes del edificio tengan una resis- tencia al fuego de al menos entre 30 y 60 minutos. Esto garantizaría que si no ha sido posible la extinción del conato de incendio por parte de los ocupantes del edificio, estas puertas puedan mantener confinado el fuego y el humo del incendio en el interior de la vivienda siniestrada, para que los vecinos del edificio puedan eva- cuarlo de forma segura, a la espera de los bomberos, y el fuego no se ex- tienda a otras viviendas cercanas. Zonas no ocupadas permanente- mente: Nos referimos a zonas comu- nes del edificio de viviendas, donde no existe normalmente una ocupación permanente de personas. Un ejemplo serían zonas de trasteros, de maquina- ria (ascensores, climatización, etc.) o el parking . En estas zonas, vale lo anteriormente recomendado para las viviendas. Pero, debido a que en caso de incendio es muy difícil que pueda ser detec- tado por los ocupantes y que en mu- chos casos la carga de fuego puede ser más elevada que en las viviendas, recomendaríamos, además de los sis- temas de detección y alarma y de los medios manuales, sistemas automáti- cos de extinción tipo rociadores, que actuaría de forma ‘autónoma’ en caso de incendio. Visto todo lo anterior, si el problema es el coste de los medios de protec- ción, podemos pensar que una insta- lación simple, que a nivel de escalera podría representar unos “pocos miles” de euros, y que por familia-vivienda re- presentaría algunos “cientos”, no es ba- rrera para poder disponer en este país de viviendas más seguras, que en caso de incendio podría se clave para poder salvar vidas y bienes. S La PCI en edificios de viviendas es la asignatura pendiente en nuestro sector; quizás porque pensamos que es cara, aunque no es así necesariamente
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