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70 SEGURITECNIA Febrero 2014 En general, hemos recibido con optimismo el nuevo Proyecto de Ley de Seguridad Privada. Estamos ante un texto que trata de actualizar una normativa que ya había quedado obsoleta para los tiempos en los que estamos y especialmente desfasada en materia de tecnología y sistemas; recordemos que la normativa aún vigente tiene cerca de 22 años. Actual- mente, los sistemas de seguridad, los propios delincuentes y sus medios, la tecnología, los circuitos de CCTV, las teleco- municaciones, etcétera se encuentran a años luz de lo poco que tanto ley como reglamento contemplaban hasta ahora. En este sentido, el proyecto de ley, junto con lo que será su desarrollo –que deberá ir por esa misma línea–, así como su total armonización con las Órdenes Ministeriales de 2011 (ahora cobran aún más sentido dichas Órdenes) y vinculación a las normativas UNE a nivel comunitario, debería situar a nuestro se ctor en la vanguardia europea y mundial en materia de normativa de seguridad privada, ofreciéndose como ya ha ocurrido en otras ocasiones como modelo a seguir por otros Estados. Obviamente, si bien el proyecto de ley nos gusta, no podemos estar de acuerdo con la totalidad de lo recogido en el texto. A modo de ejemplo, sirva nuestra discrepancia, como la del resto de usuarios, asociaciones y empresas de segu- ridad, con el nuevo procedimiento sancionador. Éste es un problema que supuso un gran lastre y fue el principal obstá- culo de entendimiento entre la Administración y las empresas que parecía haber sido solucionado en los últimos años. El proyecto de ley vuelve a reabrir el debate al aumentar los importes sancionadores, lo que nos hace mirar con especial re- celo hacia los apartados disciplinarios del nuevo texto. En nuestra opinión, y es una tendencia que en los últimos años está quedando muy marcada, nos dirigimos hacia el mundo de la seguridad tecnológica, evolucionamos con el resto de los sectores y nuestra sociedad demanda más y más tecnología, prestaciones telemáticas de servicios. En el sector de la seguridad privada, la protección y la seguridad como se conocía en el siglo pasado ha evolucionado hacia los sistemas, la televigilancia, la gestión integral informática de la se- guridad y otros servicios adyacentes. Creemos que el sector seguirá creciendo y de forma exponencial por ese camino. De la misma forma, entendemos que la globalización seguirá afectando este sector, al igual que su normativa. Poco a poco nos iremos viendo inmersos en una regulación más supranacional, especialmente en el ámbito europeo; otros paí- ses, principalmente los latinoamericanos y del este de Europa, seguirán inspirándose en nuestra legislación, procedimien- tos o criterios de calidad. Comenzaremos a prestar servicios de seguridad internacionales o supranacionales desde una única o varias ubicaciones locales (centrales receptoras, gestiones técnicas remotas y telemáticas, videovigilancia, domó- tica…) que den servicio a distintos espacios más allá de las fronteras estatales. Este será el escenario que nos deparará con los cambios que están llegando y los que aún han de llegar en la sociedad, especialmente en un mundo como es el de la seguridad. “Se abre un mundo nuevo de oportunidades en la gestión remota de sistemas de seguridad y PCI” Pedro Ibarrondo Presidente de Security Cloud Services (SCS) Lo más importante ha sido la evolución de tecnología punta en nuestro sector y su aplicación tanto al mantenimiento y ges- tión remota de los sistemas, como al campo de los sistemas de verificación de alarmas, que está aumentando la fiabilidad y credi- bilidad de las empresas tanto para las autoridades como para los usuarios finales. Si a esto le unimos su alta disponibilidad gracias a la accesibilidad de estas tecnologías a través de nuevos sistemas de comunicaciones y su aplicación al mundo de la seguridad privada, nos encontramos con enormes posibilidades de mejora de la fiabilidad de los sistemas (mantenimiento y gestión remota). Es reseñable la permeabilidad de estos sofisticados sistemas de verificación de alarmas a todos los niveles de operadores sin necesidad de una gran inversión inicial, a través de plataformas tecnológicas que permiten el acceso a estas tecnologías en mo- dalidad de ‘pago por uso’ (PPU). Esta modalidad de PPU permite tanto a las CRA, como a los instaladores y mantenedores de sistemas de seguridad y contra incendios la prestación de servicios altamente especializados a través de CRA de ámbito nacio- nal. Además, a las pymes regionales y locales les da la posibilidad de competir con los grandes operadores al mismo nivel tec- nológico, con la ventaja del servicio de proximidad que muchos de ellos son capaces de ofrecer localmente. www.sicur.ifema.es LINEA FAX LLAMAD INTERNA sicur@ife EXPO LLAMAD INFO
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