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40 SEGURITECNIA Marzo 2014 Protección del PatrimonioHistórico En Montserrat, somos herederos de una tradiciónque desde hace al menos cien años ha considerado como posi- tivo ser custodios, estudiosos y mante- nedores de un patrimonio en aumento permanente. En mi caso, en tanto administrador deunmonasteriobenedictino, conmil años de historia, la regla de San Benito me lopone fácil porqueme da un ver- daderomandatomoral respecto al pa- trimonio: “mire todos los utensilios y bienes del monasterio como si fue- sen vasos sagrados del altar. No trate nada con negligencia” (RB 31, 10-11 ). La grandeza de la regla de San Benito está en ver lomaterial a la luz de lo es- piritual. El patrimonio como unmedio de transmisión de la belleza, de la be- llezaquehabladeDios. Más allá de todas las consideraciones técnicas, deseo afirmar mi convicción de que conocer y alimentar los por- qués de lo que hacemos se traduce en eficiencia. En la base de nuestro inte- rés y nuestros esfuerzos por proteger el patrimonio yace la emoción, la tra- dición y el mandatomoral. Creo sin- ceramente que de esto somos unbuen ejemplo losmonjes benedictinos ymu- chasotras instituciones religiosas. PeculiaridadesdeMontserrat ¿Cuál es la principal característica de Montserrat desde el puntode vista pa- trimonial? Creoque sondos. Enprimer lugar, la variedad. Sé que este número especial de la revista aborda la pro- tección patrimonial de obras de arte, pero en Montserrat deben tenerse en cuenta otros patrimonios: el patrimo- nio natural, el patrimoniomusical vivo, con nuestra escolanía y el patrimonio humano. En segundo lugar, enMontserrat con- vive un patrimonio estándar de obras de arte, guardadas y exhibidas en un museo, equiparable a tantos otros; con otro patrimonio artístico vivo, en pleno cumplimientode la funciónpara la que fue creado. El máximo ejemplo es la ta- lla de la virgen románica, seguirían la basílica, el via crucis y el rosariomonu- mental y todos los otros edificios. Me atrevo a decir que el uso da un valor en algunos casos mucho mayor que el estrictamente artístico, pero los pro- blemas de protección de un patrimo- D ía21deenerode2014, seisde la tarde, en Montserrat. Dos camiones llenos de obras de arte de nuestromuseo, escoltados por la policía, están preparados para pasar lanocheen la carreterahacia el Vallede Aosta, en el norte de Italia. Los Mossos d’Esquadra vigilan la salida. El padre mayordomo-administrador del monas- terio sale a desear un buen viaje. Se le mezclan los sentimientos: algo de te- mor porque loque sevaes, sinninguna duda, una buena parte del patrimonio más importante deMontserrat; algo de orgullo por ser depositario de una co- lección que ha merecido el respeto in- ternacional; y satisfacción por la logís- ticay la seguridaddeeste traslado. Empiezo esta colaboración ha- blando de sentimientos porque estoy convencido de que el vínculo afectivo con el patrimonio que poseemos, que custodiamos o que vigilamos es vital y debe ser incorporado como un valor a toda visión estratégica de protección. A este vínculo emocional con lo que tenemos y que sin duda será unamo- tivación en nuestro interés, cada uno añadaotras razones. AbadíadeMontserrat Principios y realidades deun sistemade seguridad PadreManel GaschHurios / Mayordomo-administrador deMontserrat
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