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90 SEGURITECNIA Mayo 2014 Seguridad en Hospitales S egún la Comisión Europea la violencia en el trabajo se define como aquellos “incidentes en los que el personal sufre abusos, ame- nazas o ataques en circunstancias rela- cionadas con su trabajo, incluidos los viajes de ida y vuelta al trabajo, que pongan en peligro, explícita o implícita- mente, su seguridad, su bienestar o su salud”, así como también incluye el len- guaje ofensivo en las amenazas y desde las agresiones físicas hasta el homicidio. La violencia en el lugar de trabajo, sea física o psicológica, es un riesgo la- boral que se ha convertido en un pro- blema grave que afecta a los profesio- nales sanitarios, constituyendo un con- flicto laboral que afecta a la seguridad y a la dignidad de los trabajadores, ade- más de a la eficiencia y eficacia del pro- pio hospital. La violencia sufrida por el trabajador sanitario no sólo atenta contra sus de- rechos, sino que sus efectos pueden ir desde la desmotivación e insatisfacción profesional hasta el estrés o los daños físicos y psíquicos. En un hospital, la incidencia de es- tas situaciones de violencia es mayor en unos sectores que en otros y en unos servicios. En este sentido, se ven más afectados los trabajadores sanitarios y de atención directa al público frente a los no sanitarios. De acuerdo con los re- cientes registros de incidentes y acci- dentes laborales, cuyo origen está en las situaciones de violencia ocurridas en centros sanitarios, se produce una espe- cial frecuencia en la unidad psiquiátrica y en los servicios de urgencias y aten- ción a pacientes. No obstante, se pue- den desatar situaciones de violencia en cualquier otra dependencia o servicio de los centros como son en las consul- tas, los servicios centrales y en las con- serjerías, entre otros. De acuerdo con el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), la violencia laboral se divide en tres tipos (NTP 489), en función de las personas implicadas y de la relación en- tre ellas. Según esta clasificación, el per- sonal de un hospital se hallaría afectado por la violencia de tipo II. Es decir, aque- lla que se produce existiendo relación entre el autor y la víctima mientras ésta ofrece un servicio sanitario. Todo hospital debería disponer de un protocolo de actuación ante las agresio- nes y ser éste conocido por todos los trabajadores informando de los pasos a seguir una vez producida una agresión. Desencadenantes de una agresión Las principales causas que desencade- nan una agresión dentro del hospital se pueden producir por: ▪ Situaciones de angustia ante una falta de información sobre la situación de un familiar en urgencias. ▪ Situaciones en las que el usuario o fa- miliar ve frustradas sus expectativas de alcanzar un beneficio directo o in- directo, al que cree tener derecho. ▪ Demoras en la atención percibida, por el paciente o familiar, como urgente. ▪ Retrasos en los plazos para las prue- bas complementarias. ▪ Desconfianza ante la actuación de los profesionales sanitarios. ▪ En los momentos en que usuarios o familiares solicitan explicaciones o se realiza una reclamación. ▪ Las agresiones producidas por pa- cientes psiquiátricos o pacientes bajo los efectos de sustancias psicoactivas. Son situaciones especiales para las que el servicio de psiquiatría dispone de un protocolo especial. Factores que influyen en el comportamiento agresivo ▪ Factores del medio como el calor o frío extremo, hacinamiento, ruido ele- vado, olores desagradables. ▪ Factores sociales y culturales. En la sociedad occidental hay una permi- Información y adopción de medidas preventivas ante situaciones de agresión a los profesionales sanitarios Francisco Javier Zamora Camacho Técnico de Prevención de Riesgos Laborales en la Fundación Jiménez Díaz

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