seguritecnia 410

SEGURITECNIA Julio-Agosto 2014 53 Protección contra incendios y zonas comunes para que, en caso de conato de fuego, las personas cercanas al mismo lo puedan detectar en primer lugar y, simplemente saliendo al rellano de su vivienda, activen el pulsador para dar la alarma de forma temprana. Si además este edificio dispone de un plan de evacuación en forma de un pe- queño cartel en cada rellano y las debi- das señales que orienten hacia las sa- lidas más seguras, se posibilitará una evacuación segura del edificio a la es- pera de los bomberos. Medios de extinción manual para co- natos de incendio: Consiste en disponer de extintores ma- nuales tanto en el interior de la vivienda (sugerimos un extintor de 2 kilos de polvo ABC en la cocina), como en cada rellano (sugerimos polvo ABC de 6 kilos o agua de 6 lts.), además de una BIE con manguera semirrigida de 25 milímetros en los rellanos de escalera conectada a la red de agua doméstica. Imaginemos que se ha producido un conato de incendios en un piso. Si todo lo explicado en el punto anterior ha funcionado correctamente, la central de detección ha activado las alarmas y se ha advertido a los vecinos que preven- tivamente están evacuando el edificio. En caso de incendios incipientes y mientras no llegan los bomberos, las personas con más experiencia o más preparadas pueden actuar con medios manuales de extinción (extintores y BIE) en una primera fase, para poder extin- guir el conato de incendio de una forma segura o, al menos, controlarlo a la es- pera de la llegada de los bomberos. Estos mismos medios (extintores y BIE) estarán disponibles para que pue- dan ser usados de forma inmediata por los bomberos si así lo consideran opor- tuno. Compartimentación: Consiste en que al menos las puertas de entrada de las viviendas y las de zo- nas comunes del edificio tengan una resistencia al fuego de, al menos, 30- 60 minutos. Esto garantizaría que, si no ha sido posible la extinción del co- nato de incendio por parte de los ocu- pantes del edificio, las puertas manten- gan confinado el fuego y el humo en el interior de la vivienda siniestrada para que no se extienda a otras viviendas cercanas y los vecinos puedan evacuar el edificio de forma segura, a la espera de los bomberos. Zonas no ocupadas Nos referimos a zonas comunes del edi- ficio de viviendas, donde no existe nor- malmente una ocupación permanente de personas. Un ejemplo serían zonas de trasteros, de maquinaria (ascensores, climatización…) o el parking. En estas zonas vale lo anteriormente recomendado para las viviendas, pero debido a que es muy difícil que los ocu- pantes puedan detectar un incendio, y que en muchos casos la carga de fuego puede ser más elevada que en las vi- viendas, recomendaríamos, además de los sistemas de detección y alarma y de los medios manuales, sistemas automá- ticos de extinción tipo rociadores, que actuarían de forma ‘autónoma’ en caso de incendio. Visto todo lo anterior, si el problema es el coste de los medios de protec- ción, podemos pensar que una insta- lación simple podría representar unos “pocos” miles de euros a la comuni- dad y algunos cientos por familia-vi- vienda. No es barrera para poder dis- poner en este país de viviendas más seguras; de medios que en caso de incendio podrían se claves para salvar vidas y bienes. S El coste a una comunidad de propietarios, no es barrera para poder disponer de viviendas más seguras y medios claves para salvar vidas y bienes

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz