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64 SEGURITECNIA Julio-Agosto 2014 Protección contra incendios marcha), olvidando, sin embargo, que un mantenimiento inadecuado e insu- ficiente inutiliza completamente la ins- talación. Así, tristemente, instalaciones que fueron perfectamente ejecutadas quedan fuera de servicio en un corto espacio de tiempo. Por ello, un mantenimiento profe- sional y adecuado es tanto o más crí- tico que la propia instalación, al igual que dar un buen servicio es vital para el mantenimiento en las instalaciones. Porque no sólo tienen un valor aña- dido para los usuarios en cuanto a vali- dez técnica y constructiva o en relación con su responsabilidad como propie- dad, sino que son una pieza fundamen- tal y vital para el desarrollo actual y fu- turo de las instalaciones de protección contra incendios. La crisis que nos arrastra y la lucha por la supervivencia de nuestras em- presas están actuando como un caldo de cultivo de irregularidades, que pone en evidencia la actual fragilidad de la garantía de calidad que debería ofrecer la industria española, en general, y en nuestro caso particular, el sector de la seguridad contra incendios. El futuro En cuanto al futuro, bajo mi punto de vista la ingeniería de protección con- tra incendios está ligada directamente a cuatro parámetros: el nivel cultural de su sociedad, el consumo energético, los avances tecnológicos y la globalización. Cuanto más elevado sea el nivel cul- tural de una sociedad, mayor es la de- manda de sus miembros, que acabará convirtiéndose en una exigencia a las autoridades de velar por las garantías de su protección y cobertura de los riesgos a los que esa sociedad se en- cuentre expuesta. Por otra parte, en conceptos ma- croeconómicos se utiliza el consumo energético como dato de referencia para valorar las necesidades de protec- ción contra incendios de una sociedad. Es un dato que sirve para muchos otros conceptos, pero en el caso de protec- ción contra incendios tiene un sentido lógico, puesto que cuanta más energía consumimos, más actividad desarro- llamos o más equipos utilizamos, y en consecuencia mayor es el número de riesgos a proteger. Teniendo en cuenta el estado actual de la economía, los sis- temas de protección contra incendios deberán adecuarse a un bajo consumo para poder cumplir con los requisitos requeridos en el futuro. Los avances tecnológicos en segu- ridad contra incendios se manifiestan también en los productos que actual- mente están disponibles en el mer- cado. Las nuevas tecnologías permiten hoy detectar un incendio en cualquier tipo de ambiente y en una fase muy temprana, casi incipiente y sin falsas alarmas, con sistemas algorítmicos de análisis, identificación puntual, etc. En el terreno de los rociadores, hoy dispo- nemos de una gran variedad que nos dan opciones para controlar riesgos y apagar fuegos bajo cualquier condi- ción constructiva. Así podríamos con- tinuar con los sistemas de control de evacuación de humos y calor, siste- mas de extinción por agentes gaseo- sos limpios, nuevas eficacias en extin- tores, etcétera. Para finalizar, creo que partimos de un sendero ya construido. Debemos trabajar en convertirlo en un camino más sólido, con la colaboración de todo el sector de la protección contra incendios. S E l sector ha pasado de ser joven a adulto, con experiencia y un entorno que, por cierto, es tre- mendamente cambiante. Como tal, de- sea ser regulado con leyes y reglamen- tos adaptados al nuevo cambio; es por ello por lo que hay que mirar en un solo sentido actualizando y desarrollando nuevas normas de funcionamiento al unísono y empezando a unificar crite- rios a nivel estatal en cuanto a la nor- mativa se refiere. Nuestro sector, por su parte, tiene al- gún problema añadido y alguna nece- sidad. Por ejemplo, la adaptación y el cumplimiento legislativo, la normaliza- ción y la inspección. Estos tres aspec- tos son cruciales para conseguir un sec- tor fuerte y unos usuarios satisfechos. La problemática surge, precisamente, del incumplimiento de estos requisi- tos, ya que una falta de normalización, además de suponer una competencia desleal para el sector, contribuye a una falta de seguridad, que es mucho más grave aún. En estas circunstancias, bajo mi punto de vista, los cambios necesarios son el objetivo prioritario de la asociación y del comité que lidero actualmente, y pasan por colaborar activamente con diferentes organismos, asociaciones y colectivos para luchar contra la mala praxis que está presente cada día, par- ticipando en la elaboración de las nor- mas de protección contra incendios y creando vínculos con la Administración para la protección del sector. Tan importante como la instalación de un sistema de protección contra in- cendios es su correcto mantenimiento, ya que en numerosas ocasiones hay usuarios e ingenierías que velan por el desarrollo de todas las fases del pro- yecto (diseño, instalación y puesta en Manuel Martínez Coordinador del Comité Sectorial de Instalación, Mantenimiento e Ingeniería de Sistemas y Equipos de TECNIFUEGO-AESPI Insistir en tres aspectos cruciales: adaptación y cumplimiento legislativo, normalización e inspección

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