Seguritecnia 414
SEGURITECNIA Diciembre 2014 93 Artículo Técnico se atribuyan a causas ajenas. Curiosa- mente, las personas más competen- tes se autoevalúan como menos com- petentes de lo que son y no alzan la voz, justo cuando es más necesario que nunca un planteamiento crítico. Por desgracia no era la primera vez que esto sucedía, ya que el Tribunal Su- premo también tuvo oportunidad de calificar la decisión de alejamiento del Urquiola sin estar basada en el criterio de expertos, como “precipitada, des- acertada, absurda y criticable” (STS, Sala de lo Contencioso-Administrativo, de 18 de julio de 1983, [RJ 1983\4065]). Estos sesgos no se solucionan simple- mente constituyendo equipos de tra- bajo interdisciplinares, pues también afectan, y de hecho se refuerzan, en la dinámica de los grupos. Estos erro- res sistemáticos sólo pueden ser miti- gados si realmente existe en los equi- pos de gestión de emergencia una cul- tura organizacional que incentive la crítica y la contradicción de las opinio- nes y análisis dominantes . Un mal lide- razgo de la emergencia puede conducir Un sesgo cognitivo que fue decisivo para que la dirección de la emergen- cia cometiera este error fue la sobre- confianza . La confianza subjetiva en las propias decisiones y capacidades es considerablemente mayor que su pre- cisión objetiva, especialmente cuando la confianza es relativamente alta. A lo cual se añade el efecto de seguridad grupal , pues el grupo proporciona una seguridad psicológica que incrementa la tendencia a confiar en la corrección de las decisiones tomadas o asumir ma- yores riesgos. Al fin y al cabo, el efecto manada es la tendencia de los anima- les de algunas especies a reproducir la conducta de sus semejantes, lo que se ha relacionado con un papel de segu- ridad de la especie; sin embargo, una de las consecuencias más nefastas de este pensamiento grupal es que anula la consideración de alternativas. Final- mente, todo esto conduce a una ilusión de superioridad y a una sensación de invulnerabilidad , a creer que se hace todo bien, a rechazar cualquier crítica y que las decisiones absurdas y erróneas mente se refirió al estado estructural del buque cuando, fruto de una simple ob- servación “desde el aire, aprovechando una vuelta de reconocimiento que hizo el helicóptero” y de una “primera impre- sión”, consideró que “se había despren- dido del buque una plancha del costado de estribor que podría haber afectado a uno o a varios tanques de carga”, y así se lo transmitió telefónicamente al DGMM a las 12:05 hora local del 14 de noviem- bre del mismo año. En definitiva, ocho horas de “oro” en las que un equipo técnico cualificado e interdisciplinar podría haber realizado las inspeccio- nes, observaciones y mediciones nece- sarias para determinar la situación y evo- lución previsible del buque y de su carga contaminante, y no una simple aprecia- ción, casi por casualidad, desde el aire por un técnico no cualificado para eva- luar estructuras de buques. Los hechos demostraron el error de la hipótesis del hundimiento inmi- nente y de la orden de alejamiento del buque hacia alta mar para que se hundiera, ya que: a) El buque, a pesar de la grave ave- ría que sufría, resistió cinco días de navegación y remolque, incluso re- cibiendo constantes impactos de fuerte oleaje, tiempo más que su- ficiente para introducirlo, si no a una zona de fondeo cercana a al- gún puerto, al menos en un lugar de refugio protegido del oleaje y los vientos dominantes. b) Durante esos cinco días de per- manencia y navegación frente a la costa gallega, el buque continuó vertiendo y esparciendo su carga contaminante a lo largo de toda su ruta de remolque, lo cual agravó la contaminación marina, ya que no se contuvo el vertido. c) Al contrario de lo que esperaba la dirección de la emergencia, la carga contaminante no se solidificó tras el hundimiento del buque Prestige , ce- sando el vertido, sino que se hizo más densa, por efecto de la presión y de la temperatura, pero continuó llegando la contaminación a la costa en diferentes “mareas negras”. La legislación internacional exige que en la lucha contra la contaminación marina accidental se apliquen “las mejores técnicas disponibles y la mejor práctica medioambiental” Foto: Jaime Roset Álvarez. cedidas por gentileza de www.prestige.accede.com
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