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86 SEGURITECNIA Enero 2015 Artículo Técnico extinguirá por sí mismo, la decisión no es no hacer nada y esperar a ver qué ocurre; no, se trata de intentar extin- guirlo con todos los medios disponibles para minimizar el daño. En el caso del Prestige , la dirección de la emergencia ni siquiera se había informado científica- mente sobre el fundamento de su hipó- tesis de la contención y reducción de la contaminación tras el hundimiento del buque. Adicionalmente, hay que tener en cuenta que abandonar buques con carga contaminante, es en sí mismo una contaminación de los mares y océanos, totalmente prohibida. La legislación in- ternacional exige que en la lucha contra la contaminación marina accidental se apliquen “las mejores técnicas disponi- bles y la mejor práctica medioambien- tal”, y no parece que la dirección de la emergencia del Prestige tuviera esto en cuenta. Por desgracia, más bien parece que el fundamento de la decisión del ale- jamiento del buque en peligro se de- bió a motivos más prosaicos: en alta mar, más allá de las 320 millas España no tiene jurisdicción, derechos sobe- ranos, ni por tanto obligación legal de restaurar ni asumir los elevados cos- tes de descontaminación de la zona del hundimiento. Afortunadamente esto es algo que, para que los océanos no se conviertan en un vertedero, ya está prohibido por los tratados inter- nacionales (arts. 194.2 y 195 de la Con- que cualquier masa fluida vertida en la zona de hundimiento derivaría hacia la costa antes o después. El alejamiento del Prestige no iba a evitar la contamina- ción de las costas”. Además, este informe también cali- fica de “científicamente incorrecta” la hi- pótesis de solidificación del fuel en zo- nas oceánicas profundas, y que por eso varias estimaciones cuantifican en 5.000 toneladas de fuel las que vertió el Pres- tige después de su hundimiento. La rea- lidad también demostró el error de esa hipótesis sin base científica. Por otro lado, según los informes del CSIC realizados con motivo del acci- dente del Prestige , demuestran que en la zona de hundimiento del buque “el contenido en oxígeno disuelto es alto en comparación con el contenido en oxígeno disuelto en otros océanos a esta profundidad” (CSIC, Informe n.º 5: Escenario oceanográfico en la zona de hundimiento del “Prestige” ), así que ca- bría preguntarse ¿cómo afectará en el futuro la corrosión de los pecios a la ca- pacidad de contención del fuel dentro de sus tanques? Las emergencias no se solucionan trasladando el problema a otro lugar, con la esperanza de que el propio pro- blema se desactive por sí mismo. Ni si- quiera en los incendios forestales, en los que se sabe que antes o después el fuego devorará toda la masa forestal y, por falta de combustible el incendio se También es de resaltar en este apar- tado la falta de comunicación entre salvadores y las Autoridades, al me- nos en la intensidad requerida, segu- ramente por la propia decisión de ale- jamiento que invalidaba cualquier otra opción y no permitía ninguna posibili- dad de diálogo. Lección sexta Trasladar los daños o los peligros no es una solución. La dirección de la emergencia del Prestige asumió el hundimiento del bu- que como algo inevitable, y todo lo que hicieron y decidieron posterior- mente no hizo más que contribuir al cumplimiento de esa hipótesis o “pro- fecía”, agravando las consecuencias. La asunción de la inevitabilidad del hun- dimiento del buque condujo a un es- quema conceptual colectivo que úni- camente veía dos alternativas: que se hundiera lejos o que se hundiera cerca de las costas españolas. El análisis de la situación no era acertado, pero, en cual- quier caso, alejar el buque mar aden- tro no suponía más que un traslado del foco de contaminación hacia un lu- gar indeterminado en el que no se po- dría hacer nada, ni nada había previsto, para la minimización de la contamina- ción marina. Por tanto, la decisión de alejar el bu- que mar adentro hasta su hundimiento, suponía exponer a la embarcación a un daño estructural mayor que el que ya estaba sufriendo, y asumir la contami- nación del mar y las costas que las fuer- zas de la naturaleza decidieran devolver a lo largo de las semanas, meses y años venideros. Lo cierto es que, a la hora de tomar y mantener la decisión del aleja- miento del buque mar adentro, no ha- bía ningún informe técnico oceanoló- gico que corroborara la idea de que el hundimiento del buque en alta mar y a gran profundidad contendría la fuga de fuel de los tanques del Prestige, ni que la contaminación de las costas se fuera a evitar. Así, en el informe del oceanólogo Fiz Fernández Pérez, del Instituto de In- vestigaciones Marinas (CSIC), se llega a la conclusión de que: “Podía preverse

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