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de ey ave en c de ey ave enc 14 SEGURITECNIA Marzo 2015 Santos Coronado Director de Expansión de Casesa. “Las atribuciones han de quedar perfectamente definidas, ya que la barrera existente entre un vigilante y un auxiliar es muy frágil” Pedro Luis Navarro Consejero delegado de Casesa. se puede alegar ignorancia. Al auxiliar se le debe formar y dejarle muy claro cuáles son sus cometidos”. En referencia a esta observación, Joa- quín Collado destacó la importancia que adquiere una correcta formación. “A los vigilantes hay que formarles de una manera y a los auxiliares de otra, además de darles instrucciones muy claras. Y no menos importante: las em- presas y los usuarios somos los prime- ros que tenemos que llevar a cabo su- pervisiones para comprobar que el personal cumple correctamente el co- metido que se le ha encargado. No hay que esperar a que sea el Cuerpo Nacio- nal de Policía o la Guardia Civil quien realice la inspección”. Sobre las atribuciones del personal contratado, Pedro Luis Navarro resaltó que han de quedar perfectamente defi- nidas, ya que “la barrera existente entre un vigilante y un auxiliar es muy frágil”. De la misma opinión fue Santos Coro- nado al exponer que el término “vigilan- cia” puede dar lugar a distintas interpre- taciones. Un argumento compartido por César Álvarez, quien indicó: “ciertamente, el auxiliar hace funciones relacionadas con la seguridad, al igual que el portero de un edificio de viviendas. Entonces, ¿de qué manera se puede llegar a esta- blecer ese límite definido? Porque está claro que hay casos en los que esa fron- tera es cualquier cosa menos nítida. Pro- bablemente, habrá que dotar al proce- dimiento sancionador de garantías sufi- cientes. Esa es la cuestión”. El guante lo recogió Anselmo Muri- llo, quien, al respecto, esclareció que “un auxiliar no puede prestar servicios de vigilancia tendentes a evitar delitos. Obviamente, eso es competencia de los profesionales de la seguridad privada”, precisó. En cuanto a la picaresca, reco- noció que la implantación de los auxi- liares puede tener connotaciones eco- nómicas, ya que su labor conlleva un desembolso menor que el de un vigi- lante, lo cual podría dar lugar a posibles casos de fraude. Carlos Núñez, mencionó a pesar de lo dicho que, en ocasiones, existen cir- cunstancias sobrevenidas en las que se ve envuelto el auxiliar. Ante ello, An- selmo Murillo aseguró que el Cuerpo Nacional de Policía “tiene en cuenta la conducta, no un caso puntual”. Aún así, Santos Coronado insistió en que existen casos que derivan en san- ciones, a pesar de que el procedimiento es el adecuado. Por ejemplo, continuó, cabe la posibilidad de que, durante una inspección, se pregunte a un auxi- liar qué función desempeña y éste res- ponda que hace labores de vigilancia, aunque ese no sea realmente su come- tido. Es decir, supuestos como éste pue- den dar lugar a multas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad sin que en realidad exista infracción alguna. Con el objetivo de evitar situaciones parecidas, que suponen un perjuicio para empresas y usuarios, el represen- tante de la UCSP argumentó que ambas partes “han de conocer la normativa, no “Algunos usuarios solicitan que cuando acudamos a su propiedad para vigilarla no lo hagamos siempre a la misma hora”

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