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SEGURITECNIA Marzo 2015 29 Grandes Catástrofes y Emergencias A finales de 2013, tras el tifón Haiyan, enviamos a Filipinas un modelo mejo- rado de la burbuja, que incorporaba las adaptaciones propuestas y que estaba especialmente diseñado para ser utili- zado como pequeño quirófano móvil. La instalamos en Burauen (Leyte) y, esta vez sí, demostró que podía cubrir los objeti- vos: gracias a ella, durante la primera fase de la emergencia, los equipos pudieron desarrollar sus actividades quirúrgicas dentro de lo que quedaba del hospital de distrito, garantizando un entorno es- terilizado, mientras se construían o reha- bilitaban las estructuras semipermanen- tes o permanentes de salud. La experiencia de la burbuja sigue en fase de desarrollo. Aún necesita mejo- ras para que los equipos puedan traba- jar mejor sobre el terreno en casos de emergencia. Todo este proceso ha evi- denciado que responder a los desafíos médico-operacionales requiere tener la mente abierta al buscar nuevas solu- ciones, y probar también aquellas que, aunque no hayan sido concebidas por nosotros, puedan servirnos bien. Tam- bién hemos aprendido que los cam- bios y las iniciativas innovadoras requie- ren tiempo para hacerse realidad. Y por último, pero no menos importante, he- mos comprobado que requieren el tra- bajo conjunto de personas de diferen- tes orígenes dentro y fuera de MSF, en las oficinas y en el terreno. S No requiere personal técnico especia- lizado para su instalación. De hecho, sólo necesita dos personas para su montaje. Requiere un mantenimiento mínimo y su consumo de energía es muy reducido. Sobre el terreno Una vez seleccionado el prototipo, dado que parecía ajustarse a los requisi- tos de MSF, se imponía probarlo en el te- rreno. Este paso requirió trabajo adicio- nal: durante 2011, elaboramos un plan de despliegue, el cronograma y la do- cumentación para llevar a cabo la eva- luación. También dedicamos un tiempo suplementario a identificar un entorno adecuado para la prueba y a rematar la documentación. Como cualquier otra in- novación, nos llevó casi dos años probar la burbuja en un escenario real. A mediados de 2013, la presentamos al equipo de Siria, que se mostró muy dispuesto a probarla. Sus conclusiones fueron que la estructura aún no era perfecta y que tenía algunas carencias: en su interior hacía demasiado calor, era un poco pequeña, el paso de entrada no era adecuado, y era frágil. No obs- tante, en su interior se llevaron a cabo con éxito tres intervenciones quirúrgi- cas (una cesárea y dos desbridamien- tos), por lo que el equipo llegó a la con- clusión de que, con algunas mejoras, podría ser una opción válida para las actividades móviles de cirugía. transporte marítimo, con rápido acon- dicionamiento y adaptación básica para su uso; y el módulo hinchable de bloque quirúrgico hospitalario (hoy todavía en uso por parte de MSF Francia). Tras el terremoto de 2010 en Haití, donde la rápida habilitación de estruc- turas médicas fue una necesidad impe- riosa frente a la magnitud del desastre, los departamentos Médico y Logístico y la Unidad de Emergencias de MSF-E to- maron la firme decisión de invertir en la búsqueda de nuevas soluciones para lo- grar una estructura ligera, fácil de instalar y económica en la que se pudiera reali- zar cirugía de emergencia. El mercado ofrecía varias opciones aparentemente útiles, pero ninguna de ellas parecía estar completamente adap- tada a las necesidades de MSF. Pusimos a prueba varios prototipos de estructu- ras móviles, y finalmente —tras múltiples discusiones y evaluaciones técnicas so- bre facilidad de uso, adecuación técnica y coste—, a principios de 2011 nos deci- dimos por la burbuja de O2 1 . La burbuja, cuyo primer prototipo fue proporcionado por la Fundación Nadal, es un producto nuevo y mucho mejor adap- tado a las necesidades de MSF. Los facto- res que hacen de ella la más interesante de las alternativas son los siguientes: Permite ejecutar cirugía menor y ce- sáreas rápidamente, en cualquier lugar y sin incrementarse el riesgo de infeccio- nes postoperatorias, ya que su filtro de aire integrado garantiza un ambiente limpio con aire purificado y libre de par- tículas. Previene la sedimentación o de- pósito de virus y bacterias, gracias a su arquitectura espacial y a la constante re- novación de aire en el interior. Lleva aproximadamente una hora te- nerla operativa con todos los requisitos para una intervención: configuración de la estructura, abastecimiento de agua, su- ministro de energía, enseres, etc. Desta- can el tamaño y peso reducidos del pro- pio embalaje, lo que permite facturarla en un vuelo regular de pasajeros como equi- paje personal, sin más preparativos. 1. El precio aproximado de la burbuja es de unos 10.000 dólares (unos 7.300 euros al cambio actual). Julie Remy
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