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52 SEGURITECNIA Marzo 2015 Grandes Catástrofes y Emergencias E l 28 de junio de 2012 se inició en Cortes de Pallás, en la pro- vincia de Valencia, uno de los mayores incendios forestales sucedidos en España en los últimos años. El fuego avanzó por 13 términos municipales y afectó a 27.500 hectáreas. El octavo día se declaró controlado y, finalmente, se extinguió el 16 de julio. Pero, un día después del origen de aquel fuego, el 29 de junio, otro incendio comenzó en el término de Andilla, al norte de la pro- vincia. Éste último evolucionó rápida- mente hasta quemar casi 20.000 hectá- reas de otros nueve municipios de dos ciudades diferentes, Valencia y Caste- llón. La simultaneidad de ambos fuegos puso a prueba a los servicios de emer- gencia de la Comunidad Valenciana y comprometió a la totalidad del sistema nacional de protección civil. Tras lo sucedido nos dimos cuenta de que los siniestros de esas caracterís- ticas sobrepasan las capacidades ope- rativas de los servicios contra incen- dios. A pesar de que durante la primera semana trabajaron 1.700 efectivos hu- manos diarios, más de 120 camiones autobomba y casi 35 helicópteros y 20 aviones, las estrategias planteadas ten- drían que haber priorizado la seguridad de los ciudadanos, las evacuaciones de más de 3.000 personas y las órdenes de confinamiento, antes que las operacio- nes de extinción. El enorme despliegue de recursos su- puso la movilización de medios locales, autonómicos y estatales. Las adminis- traciones locales y provinciales de Va- lencia y Castellón aportaron servicios de bomberos, policías locales, briga- das forestales y voluntarios de protec- ción civil. Asimismo, se unieron a ellos los servicios de emergencias autonó- micos de la Comunidad Valenciana (bri- gadas forestales, medios aéreos, policía autonómica, servicios sanitarios y guar- dería forestal) y el apoyo de múltiples medios terrestres y aéreos procedentes de otras seis comunidades. Además, in- tervinieron servicios estatales como bri- gadas de refuerzo y medios aéreos del Ministerio de Agricultura, Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencia (UME). También se desplazaron recursos esta- tales desde 17 provincias distintas que estaban fuera de la Comunidad Valen- ciana. Finalmente, Cruz Roja trasladó efectivos desde varias provincias. Sistemas de dirección Para que un despliegue con tantos re- cursos funcione correctamente es im- prescindible que en cada incendio se produzca la completa coordinación de todos ellos. Por ese motivo, estos medios tienen que integrarse en una organiza- ción única que trabaje con una planifica- ción singular, a pesar de la dificultad que presentó la simultaneidad de dos gran- des incendios en la misma provincia. Esto último, junto con la heterogenei- dad de los recursos desplegados con capacidades operativas y métodos de trabajo diferentes, nos han llevado a en- tender la necesidad de contar con un sistema sólido de dirección de la emer- gencia que permita desarrollar todas las funciones de dirección necesarias para afrontar el incendio: evaluar situaciones, prever su evolución, decidir objetivos estratégicos, elegir tácticas adecuadas para conseguirlos, organizar recursos y supervisar la intervención continua- mente para modificar el plan cuando sea necesario. El sistema “oficial” para la dirección de estos incendios tiene que ser el de- finido en el Plan Especial de Incendios Forestales que cada comunidad autó- noma tiene aprobado. Estos planes es- tán basados en una misma directriz bá- sica nacional y regulan el marco esen- cial de la organización de respuesta al incendio, donde se incluyen niveles de dirección, operatividad y responsabili- dades generales. Asimismo, otra referencia de carácter no oficial que sirve de ayuda para defi- nir el sistema de dirección del gran in- cendio forestal está en el Incident Com- mand System (ICS), un estándar inter- nacional válido para estas situaciones. El ICS busca la coordinación entre to- dos los organismos y recursos que co- laboran en la respuesta al incendio, así como la integración de todos ellos en una organización única y común que incida en la aplicación normalizada de una serie de principios fundamentales de dirección. En este sentido, destaca, por ejemplo, la dirección por objetivos comunes, el mando unificado, la flexi- bilidad de la organización, la planifica- ción, etcétera. Javier Navarrete Ruiz / Oficial del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia Cómo llevar a cabo una correcta gestión de los incendios forestales Nuestra misión es garantizar siempre la seguridad de los ciudadanos, preservando vidas, bienes materiales y medioambientales
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