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de ey ave en c de ey ave enc 66 SEGURITECNIA Abril 2015 “Están proliferando las empresas que se autodenominan ‘de inteligencia’, pero ¿cómo se las va a regular y controlar?” Enrique Arranz Presidente del Colegio Oficial de Detectives Privados de Cataluña. “Los detectives privados estamos acostumbrados a comunicar delitos. Y la relación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad debe basarse en la confianza” José Pimentel Secretario general de ANADPE. Respecto a la posibilidad, planteada por Javier Sandoval, de que una sede comercial pudiese ser compartida por varios detectives –pensando, sobre todo, en los autónomos sin demasia- dos recursos económicos que acceden al sector–, el comisario jefe de la Uni- dad Central de Seguridad Privada mos- tró cierto escepticismo. “Lo más pro- bable es que el Reglamento diga que una sede comercial no pueda ser com- partida. En el caso del despacho, indu- dablemente no, porque su actividad es exclusiva y excluyente”, matizó. Y con el fin de dejar clara la diferen- cia entre sedes físicas (despacho) y co- merciales, subrayó que el Reglamento, a priori, “no será contrario a estas últi- mas, cuya función deberá ser la que su nombre indica. Y llegado el caso, po- drían inspeccionarse para verificar que allí no se está llevando a cabo una acti- vidad de seguridad privada ni que en la misma se encuentra el libro de registro o los expedientes”. Puestos a esclarecer cuestiones, Gándara recordó que las medidas de seguridad exigibles a los despachos “no son para asegurar al detective, sino la información, resultado de su trabajo y de la que es custodio”. Una exposición compartida por Enrique Arranz, quien requirió, además, que las medidas sean “razonables”. “Al hilo de lo que he co- mentado anteriormente, si a los seguros de responsabilidad social y caución su- mas una serie de desembolsos en ma- teria de seguridad, abrir o gestionar un despacho se complica…”. Seguros y sanciones Precisamente, los seguros de respon- sabilidad social y caución constituye- ron el siguiente asunto a debatir. En re- lación con el primero, los integrantes de la mesa lo consideraron positivo para, según apuntó Enrique Arranz, “evitar problemas”. Más preciso, José Pimentel planteó que la cuantía del mismo fuese “menos gravosa” y, en consecuencia, “más asequible”. Sobre el aval o seguro de caución, el secretario general de ANADPE reveló que su asociación pro- puso que fuese de 6.000 euros “para cu- brir, al menos, dos infracciones graves”. Esteban Gándara trató de calmar los ánimos argumentando: “no se trata de que el despacho tenga que avalar 600.000 euros, una barrera de entrada excesivamente elevada con una proba- bilidad de ejecución muy baja. En con- secuencia, no tiene justificación. Por lo tanto, se ha de bajar esa barrera de ac- ceso al sector para los que no están en él. El aval tendrá que ser proporcional a la posibilidad que trata de asegurar, y siendo así no puede ser a la máxima. Además, que yo recuerde, en la historia de la seguridad privada no se ha puesto nunca una sanción de 600.000 euros”. Identificaciones Tras el habitual coffee break , los profesio- nales de la investigación privada saca- ron a relucir algunas de las dificultades que encuentran a la hora de realizar su actividad. Una de ellas, según Francisco Iglesias, es la identificación de los de- tectives privados por parte de las Fuer- zas y Cuerpos de Seguridad. Para agi- lizarlas, propuso una mayor formación de los agentes y la habilitación de un “teléfono centralizado” donde los inte- grantes de una patrulla puedan consul- tar los datos del profesional, evitando así “perjuicios directos por esa demora. Además, bastaría mostrar la Tarjeta de Identidad Profesional (TIP) y no sería ne- cesario enseñar el DNI”. Una opinión refrendada por Enrique Arranz, quien sugirió la aprobación de un protocolo de identificación. “Si ya le has mostrado la TIP al agente, éste tiene que cerrar el proceso de la manera me- nos lesiva posible”, insinuó. Por su expe- riencia en Baleares, Juan Carlos Caba- nach explicó que las identificaciones que se realizan en el archipiélago pueden ca- lificarse de “exquisitas”. Y, lejos de culpa- bilizar a los representantes de la seguri- dad pública, hizo un ejercicio de autocrí- tica: “A veces envías un detective junior a un pueblo para resolver un tema senci- llo y cuando llegan los agentes se pone nervioso y complica el asunto. En ocasio- nes, no estaría de más anticiparse, comu- nicar que estás realizando una investiga- ción y evitarte así problemas”.
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