seguritecnia 420 (35aniversario)

26 SEGURITECNIA Junio 2015 Autoridades y colaboración público-privada E ste 35 aniversario es un motivo de satisfacción para todos. Más allá de que la familia Borredá haya conse- guido mantener su cabecera con solvencia en mo- mentos de graves dificultades, todos debemos felicitarnos por haber podido contar durante ese tiempo con un punto de encuentro fiable para perfilar objetivos, contrastar opi- niones y compartir información, en un ámbito tan sensible como es la seguridad. En cierto modo, podríamos considerar a Seguritecnia como patrimonio común de cuantos hemos diri- gido nuestra vocación de servicio a la seguridad de todos. Hablando en primera persona, soy testigo de la impor- tancia que las acciones llevadas a cabo por la revista tienen tanto para el sector privado como para la Administración. En efecto, en este mundo cambiante en el que el concepto de seguridad va evolucionando con movimiento uniforme- mente acelerado, se hace necesario que todos conozcamos las exigencias que esta situación viene a plantear; es decir, hay que difundir una nueva cultura de seguridad. Seguritecnia lo ha hecho, no sólo con su publicación sino, sobre todo, poniendo a nuestra disposición foros de debate que han servido de marco al desarrollo de auténticas cons- trucciones doctrinales, en una perfecta combinación de in- terés general y estrategia comercial: sus jornadas sobre aero- puertos, infraestructuras críticas, puertos, integración de la se- guridad, congresos nacionales, regionales y sectoriales, han sido otras tantas oportunidades para que, juntos, Adminis- tración y administrados, hayamos podido elaborar y asumir conceptos que han terminado por imponerse y configurar el nuevo marco regulatorio de la seguridad privada en España. La importancia de este marco es incuestionable si tene- mos en cuenta la trascendencia y magnitud del sector. Es- paña es hoy uno de los países más seguros de nuestro en- torno a juzgar por nuestra tasa de criminalidad y no cabe duda alguna de que ello no sólo es consecuencia del buen hacer de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, sino, en buena parte, de la contribución a la seguridad ciudadana de los servicios privados. Por eso uno de los pilares de la nueva ley, como no podía ser de otra forma, fue la integración de la seguridad privada en el sistema público de seguridad, con todas las implicaciones que de ella se derivan. Así, donde antes se miraba hacia la subordinación y el control de empresas y vigilantes con la sanción como único estímulo, se habla ahora de coordinación y corresponsabi- lidad, con una visión más próxima a la realidad actual que allana el camino para avanzar en la colaboración público privada que preconiza nuestra Estrategia de Seguridad Na- cional. Ello ha sido posible, entre otras razones, porque Seguritecnia nos ha brindado la oportunidad de dar a co- nocer nuestras respectivas visiones de la realidad y ha ser- vido de cauce para la difusión de esa nueva forma de en- tender nuestros respectivos roles. A partir de aquí se abre un futuro esperanzador para la se- guridad privada, en el que tienen cabida no sólo nuevos ser- vicios sino un nuevo marco de planificación para los usuarios derivado de la “Ley PIC” y la larga sombra que proyecta so- bre los servicios esenciales. En este sentido, no se trata sólo de pensar qué nuevas funciones puede asumir el sector por- que está claro que no hay excesivas limitaciones, sino de qué modelo de seguridad nos dotaremos los españoles en el fu- turo próximo. Dicho de otro modo, cuál será el mix de pro- veedores de servicios que constituyan nuestro sistema pú- blico de seguridad. Actualmente tenemos una de las mayores ratios de segu- ridad pública por habitante entre los países de nuestro en- torno. Por el contrario, esa ratio es de las menores cuando se trata de seguridad privada. Por otra parte, una de las conse- cuencias más beneficiosas de la crisis económica es la bús- queda incesante de la eficiencia en cualquier actividad, lo que implica necesariamente, en nuestro ámbito de referen- cia, una adecuación de los servicios a las necesidades reales de seguridad, teniendo en cuenta las capacidades de cada proveedor. En definitiva, asistiremos a un progresivo incre- mento de los servicios privados en detrimento de los públi- cos que no requieran una especial cualificación. ¿Quién se hará cargo de la parte de la tarta que corres- ponda al sector privado? Aquellos proveedores que sean ca- paces de responder con solvencia a las necesidades plan- teadas. Esa apuesta por la calidad debe formar parte de la nueva cultura de seguridad que, sin duda, Seguritecnia nos ayudará a implantar. S ‘ Seguritecnia’, patrimonio común de la seguridad Coronel jefe del Servicio de Protección y Seguridad de la Guardia Civil César Álvarez

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