seguritecnia 420 (35aniversario)

28 SEGURITECNIA Junio 2015 Autoridades y colaboración público-privada C uando Seguritecnia me solicitó, como director del Centro Nacional para la Protección de las Infraes- tructuras Críticas (CNPIC), colaborar en un número especial por su 35 aniversario, además de agradecer el gesto de contar con nosotros, muestra de una intensa colaboración que ya mantenemos desde hace unos años, tuve que hacer un ejercicio mental para retrotraerme a… ¡1980! Haciendo cábalas, me percaté de que cuando Seguritecnia vio la luz, el marco legal en el cual se asentaba la seguridad privada era, sencillamente, rudimentario. Harían falta otros 12 años para que la Ley 23/1992 viniera a ordenar un sector hasta entonces regulado por una normativa dispersa, de rango infe- rior y de orientación preconstitucional en algunos casos, que contemplaba una realidad todavía incipiente, y a la que dicho marco legal permitió desarrollarse de forma armónica hasta al- canzar la importancia y transcendencia que ahora tiene. Aquella Ley de Seguridad Privada fue una de las herramien- tas básicas, junto con la Ley de Seguridad Ciudadana, tam- bién promulgada en 1992, para edificar un sistema de seguri- dad que ha llegado hasta nuestros días. Hoy, 35 años después, ambas leyes acaban de ser supera- das por una nueva hornada (Ley 5/2014, de Seguridad Privada y Ley 4/2015, de Seguridad Ciudadana) que, junto con otras normas precursoras (entre ellas la Ley 8/2011, sobre protec- ción de infraestructuras críticas y su reglamento de desarrollo, el RD 704/2011) están ya configurando el marco normativo so- bre el que se apoyará la seguridad española en los próximos años. En esa evolución, como elemento difusor de ideas, co- nocimientos, estudios y buenas prácticas, ha tenido también un papel importante vuestra revista, que un día fue precursora junto con un selecto grupo de profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) y del sector privado, de la implantación del actual modelo de seguridad español. Consciente de lo difícil que suelen ser los inicios cuando existen pocas referencias sobre las que apoyarse, Seguritecnia fue un aliado natural al cual la organización que dirijo le debe buena parte de la proyección inicial de unos términos e ideas que entonces (hace menos de ocho años) eran cuasi-revolu- cionarios, y más aun viniendo de la propia Administración. Hace tan sólo 10 años, conceptos como los de “colaboración público-privada”, “seguridad integral”, “responsabilidad com- partida” o “ciberseguridad” eran prácticamente ciencia ficción para una buena parte de la comunidad de la seguridad en nuestro país. La irrupción del CNPIC y su promoción y difusión de esos conceptos, su apuesta por una regulación más acom- pañadora que sancionadora, y la necesidad de un cambio de modelo de seguridad propio del siglo XXI, sobre bases colabo- rativas y con el intercambio de información como pieza clave, en un entorno de confianza y confidencialidad entre las partes (pública y privada), fueron desde el primer instante defendidas y apoyadas por Seguritecnia. Ello nos permitió tener un me- jor acceso hacia nuestros clientes: los operadores de servicios esenciales, los gestores de nuestras infraestructuras críticas. Tras la regulación sobre protección de infraestructuras, la promulgación de las leyes de seguridad privada y de seguri- dad ciudadana ha recogido en buena parte esos conceptos, que suponen la base de la arquitectura de seguridad espa- ñola de los próximos años. La sociedad actual demanda cada vez más seguridad ante la aparición de nuevos riesgos y amenazas, más complejas y sofisticadas, y en muchos casos intangibles, que hacen que los ciudadanos traten de proteger su integridad y sus bienes de manera más exigente y con mayor profesionalidad. Esta exi- gencia motiva que el Estado trate de ampliar su eficacia den- tro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y otros órganos, como el CNPIC, que tienen la misión constitucional de prote- ger los derechos de los ciudadanos y garantizar su seguridad, complementando su actuación con los servicios de seguridad privada. Esta actividad contribuye a la reducción de los riesgos y la prevención del delito, satisfaciendo no sólo los intereses particulares, sino dando respuesta y ayudando a conseguir los fines de interés general. La situación de la seguridad actual se puede contemplar, sin embargo, con cierto optimismo, al haber cristalizado esa idea de cooperación público-privada, también en seguridad, que nos debe proporcionar las capacidades necesarias para poder hacer frente con garantías a los enormes retos a los que nos enfrentamos como sociedad. En este sentido, y siendo partícipe el CNPIC de ese espíritu pionero con el cual nació también vuestra publicación, os de- seo un próspero futuro y poder compartir con vosotros mu- chos años en este apasionante mundo de la seguridad. S ‘Seguritecnia’ fue precursora de la implantación del actual modelo de seguridad español Director del Centro Nacional para la Protección de las Infraestructuras Críticas Fernando Sánchez

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