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28 SEGURITECNIA Octubre 2015 Diálogos con el arte incógnita de que determinados mate- riales aún no hayan pasado la prueba del tiempo, y que no sepamos como van a envejecer, abre una brecha im- portante que ha de tenerse en cuenta, tanto desde el punto de vista del artista como del coleccionista, y que obliga a los centros de arte contemporáneo a estar en la vanguardia en conservación y restauración. Pero cuando hablamos de conserva- ción y protección, no sólo estamos ha- blando de la parte tangible. Existe una gran parte intangible que debemos de preservar como es el legado del artista en su conjunto: su memoria, su estu- dio, su modo de trabajar, su archivo do- cumental y fotográfico, su biblioteca y, por supuesto, su obra. Ese es el gran le- gado de un artista, no solo su obra sino todo aquello que nos ayuda a entender su porqué, los estímulos que le han lle- vado a crear, las influencias que ha te- nido su trabajo y sus intereses. En ese aspecto las bibliotecas de los artistas nos dan una gran información, aunque bien es cierto que con las nuevas tec- nologías, gran parte de ese patrimonio físico se ha transformado en digital, ge- nerando un nuevo modo de almace- naje y difusión. Aunque en muchos casos los pro- pios artistas han sido capaces de canali- zar todo ese acervo y preservarlo, ya sea creando fundaciones o depositándolo en las instituciones pertinentes o por imposición testamentaria expresando la voluntad de mantenerlo unido, por enumerar algunas practicas, muchos han encontrado en sus galerías el me- jor modo de gestionar el ingente patri- monio que representa el legado de un artista. Es en este punto donde se ha de tener la sensibilidad necesaria para im- poner la obligación de conservación a los intereses particulares, resultando muchas veces las herencias y repartos un peligro para la integridad de estos conjuntos, muchas veces por el desco- nocimiento o el desinterés de la familia hacia el sector artístico. En definitiva, preservar el patrimonio artístico es una tarea conjunta de la so- ciedad, que ha de ser permeable a es- tos problemas y que ha de crear, a tra- vés de sus instituciones, los medios ne- cesarios para no perder un patrimonio que es de todos. S E xisten en el mundo del arte contemporáneo muchos pro- blemas e incógnitas aún por resolver pese a que éste ha sido fruto de múltiples análisis y objeto de estu- dios que curiosamente superan de por si los realizados sobre otras épocas ar- tísticas pretéritas de probado valor. Mu- chas veces surge el debate en torno a la situación del arte en el siglo XXI y la re- flexión es unánime: nunca el mundo del arte ha estado tan presente en la sociedad, ni ha tenido una existencia, auge e importancia tal como la que ac- tualmente estamos viviendo. Aun así, no está exento de problemáticas y la conservación es una de ellas. En este sentido, la conservación de manera individualizada, es decir, que obras de arte particulares ofrezcan unas características físicas, sobre todo por la inestabilidad de los materiales o de su montaje y manipulación, que dificultan desde su génesis la conservación y se- guridad de la pieza. En ese aspecto la responsabilidad recae completamente en el artista, que con su trabajo de- cide crear una obra más o menos só- lida y perdurable en el tiempo. Pero la Hugo Fontela Rodríguez / Pintor. Premio Príncipe de Girona de las Artes Legados en el siglo XXI

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