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42 SEGURITECNIA Octubre 2015 Diálogos con el arte tanto en sus capiteles interiores orna- mentados o historiados, como por las portadas abiertas en la fachada norte y la sur. Un detenimiento mayor re- clama el Pórtico de la Majestad hora- dado a los pies del templo y cuya pro- fusión de detalles y policromía han sido protegidas por la capilla de Santo Tomás Apóstol adherida al oeste del edificio principal. El ambicioso diseño de esta por- tada fue encargado a fray Juan Gil de Zamora importante humanista de la época y preceptor del rey Sancho IV. La obra es de una arrebatadora narra- tiva que retrata a numerosos perso- najes bíblicos y representa varias es- cenas de las vidas de la Virgen y de Cristo, así como un detallista relato de la idea medieval del Juicio Final. A pesar de lo abrumador que pueda parecer el horror vacui de esta obra maestra, ningún elemento sobra ni resulta baladí, al contrario, en cada rincón de cada capitel, columna y ar- quivolta puede encontrarse una res- puesta clave y a la vez todos forman un conjunto unitario perfectamente equilibrado y armónico. Posibles diarios En caso de que se conservasen los dia- rios de fray Juan Gil de Zamora, éstas podrían haber sido sus anotaciones durante aquellas semanas de 1284 en las que se enfrentó a uno de los pro- yectos más ambiciosos de su vida: “Lunes: ¡No puedo, no puedo! ¿Cuántos fieles atravesarán ese paso? ¿Cuántos se detendrán? ¿Cómo con- seguir que al atravesar el vano una cascada de Palabra de Dios caiga so- bre ellos? ¿De qué modo hacerles comprender el Evangelio si apenas A l norte de un requiebro que el rio Duero dibuja antes de su llegada a Zamora, se extiende en forma de abanico la ciudad de Toro en torno a su icónica Colegiata de Santa María la Mayor. Su construcción se dilató entre el final del siglo XII y mediados del XIII, en plena moda románica, aunque si bien es cierto que con evidentes diferen- cias de estilo entre el primer y el segundo maestro. El primer encargado dominaba unas técnicas más vanguardistas y arries- gadas que el segundo, cuyos recursos eran más antiguos y su estilo más arcaico. Estas dos fases constructivas pueden ser observadas con facilidad gracias a la no- table diferencia de tonalidad entre la pie- dra caliza utilizada en un principio y la arenisca de la segunda mitad. La obra comenzó por encargo del rey leonés Fernando II contagiado por la fiebre constructora de la época. Los trabajos se ralentizaron por culpa de la desidia que los monarcas sucesores mostraron por esta plaza. Un desinte- rés al que Sancho IV, hijo de Alfonso X el Sabio, supo poner fin acelerando las labores de construcción y encargando finalmente la representativa Portada de la Majestad. La colegiata es una pieza coqueta y voluptuosa, clásica y encantadora. Co- ronada por un emblemático cimbo- rrio perteneciente al grupo de cimbo- rrios del Duero junto al de la Catedral Vieja de Salamanca, al de la de Zamora y al de la de Plasencia. Al este miran tres ábsides modestamente decorados y al sur se abre un balcón con privilegiadas vistas al Duero y su entorno es en gran parte aún silvestre. También escultóricamente es in- teresante esta pieza del Patrimonio Nacional por su riqueza iconográfica Estela Sánchez González / Periodista Colegiata de Santa María la Mayor de Toro
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