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44 SEGURITECNIA Octubre 2015 Diálogos con el arte ces muy cuidadosamente escenificadas y filmadas– a miembros del Estado Is- lámico destruyendo enormes estatuas asirias en Nínive, por ejemplo. Son perfectamente conscientes de que dichas imágenes van a recibir una atención preferencial en los medios de comunicación, por lo que cumplen ple- namente su objetivo propagandístico de aparentar hiperactividad y omnipo- tencia, a la vez que constituyen un aci- cate para los elementos más fanatizados que pretenden alcanzar los territorios del pseudocalifato fundado por Daesh . Otra de las motivaciones que impul- san estos actos es sojuzgar a cualquier otra concepción del islam distinta a la suya. Efectivamente, no se limitan a la destrucción del arte y del patrimonio preislámico, como evidencia de una etapa “errónea” anterior de la humani- dad, sino que son especialmente be- ligerantes contra el arte y las tradicio- nes islámicas que consideran desviadas. Así, el grupo yihadista Ansar Dine des- truyó la puerta de la mezquita de Sidi Yahia en Tombuctú, para, a continua- ción, destrozar y profanar las numero- sas tumbas de los santos de dicha ciu- dad, con el doble objetivo de expresar su rechazo a la tradición sufí y de privar a tan emblemática ciudad de su princi- pal atractivo turístico. Y es que ese es uno de los objetivos principales que persiguen al destruir las ruinas de Nínive, Samarra o, más re- cientemente, Palmira como es privar a estas naciones de una buena parte de su atractivo, es decir, del turismo cultu- ral e histórico. Dado que la mezcla con personas ajenas a su ideología y a su doctrina, consideran que contamina a todo auténtico musulmán. Eliminar la razón de que los académicos y turistas foráneos trabajen o visiten Irak o Siria es una estrategia planeada y ejecutada L a filmada y ampliamente difun- dida destrucción de los budas gigantes de Bamiyan por los ta- libanes afganos en 2001 causó un im- pacto considerable en la comunidad internacional. Una comunidad sensibi- lizada y movilizada en defensa del pa- trimonio cultural de la humanidad, es- pecialmente desde que fueran de do- minio público los saqueos de obras de arte protagonizados por los líderes del régimen nacionalsocialista alemán. Cir- cunstancia a la que se unieron las des- trucciones físicas inherentes a los com- bates de la II Guerra Mundial, especial- mente en Europa. Como consecuencia de estos he- chos, la Convención de la Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado, del año 1954, desarrollada y perfeccionada por documentos posteriores, estableció el marco de actuación para prevenir y responder a hechos similares. A pesar de ello, el yihadismo internacional ha hecho de la destrucción de ese patri- monio una de sus señas de identidad más visibles y conocidas. Estas acciones tienen varias causas y objetivos. Una de ellas es la escenifi- cación de un desafío a las organizacio- nes internacionales, cuya jurisdicción y competencia global rechazan. De este modo, consideran que la Unesco y la citada Convención se inmiscuyen de forma inaceptable en las normas y com- portamientos de un territorio que con- sideran propio. Esto, que es aplicable a todos los ámbitos, tiene un impacto muy especial en la opinión pública en todo lo que se refiere al “Patrimonio Co- mún de la Humanidad”. De ahí las nu- merosas acciones de propaganda que realizan en las que podemos ver –a ve- Francisco José Berenguer Hernández Analista principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) El yihadismo, ¿contra la historia?

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