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SEGURITECNIA Octubre 2015 47 Diálogos con el arte arquitectura. Los unos requieren habi- tualmente que la arquitectura pase des- apercibida, que quede en un segundo plano, contar con espacios neutros y sencillos para la exhibición, contenedo- res con forma de paralelepípedo, blan- cos…; los responsables de seguridad demandan que no falte ninguna me- dida de control, e incluso a veces que su visibilidad sea manifiesta como me- dida disuasoria, etc.; y los arquitectos quieren poner de manifiesto su creati- vidad y expresarse a través de su obra, y que ésta sea algo más que un mero contenedor neutro. El control y la gestión de la luz, natural y artificial, junto con el mantenimiento estable de las condiciones de tempera- tura y humedad, es clave en la conser- vación de las obras de arte y en particu- lar de las obras pictóricas. Además, sin luz no existe el color, no se puede ver la obra expuesta… y la luz afecta a la con- servación de estas obras. Por otro lado, no se concibe la arquitectura sin la luz. La importancia del uso y gestión de la luz, que es un elemento importante en cualquier ti- pología arquitectónica, es primordial en un museo. He aquí otra aparente con- tradicción. Considerando como una máxima el deber, la obligación, de la preservación del arte para su legado a las genera- ciones venideras como testimonio de nuestra historia e identidad, y teniendo en cuenta a su vez que esta conserva- ción debe tener entre sus finalidades úl- timas el derecho de la sociedad (de la actual y de las generaciones venideras) a su conocimiento, estudio, contempla- ción y disfrute, ¿pueden convivir dere- chos y deberes? ¿Cómo compatibilizar edificios amables de carácter “abierto” y que inviten, e incluso inciten, a entrar, como herramienta para la divulgación cultural, con la obligación de mantener las obras de arte en condiciones am- bientales y de seguridad idóneas? ¿Qué debe prevalecer ante una intervención en un edificio histórico? ¿Cuál es el ob- jetivo último del diseño, existen real- mente dilemas insalvables entre los ob- jetivos últimos del responsable del mu- seo y el arquitecto? ¿Puede convivir la luz con las obras de arte? Vitrubio, en el tratado más antiguo que se conserva sobre arquitectura (Siglo I a. d. C.), afirmaba que la arquitectura descansa en tres principios: la belleza ( venustras ), la firmeza ( firmi- tas ) y la utilidad ( utilitas ). En relación con el tercero de estos tres principios, en la arquitectura actual se habla de espacios servidores y espacios servidos, siendo estos últimos aquellos que son el mo- tivo por el que se construye el edificio y los primeros aquellos que complemen- tan la actividad funcional. Se llega así a la conclusión de que la arquitectura, siendo totalmente irrefuta- ble que es un arte, incluye también en su esencia, ya desde la antigüedad, el concepto de “utilidad”. En esencia, ¿son realmente contra- dicciones las cuestiones referidas? ¿Son contradicciones sustanciales y con- ceptualmente irreconciliables? La res- puesta debe ser tajante en defensa de la arquitectura, ésta debe ser capaz de alcanzar soluciones de integración, con- vivencia y equilibrio que den respuesta a las problemáticas planteadas; equili- brio entre espacios servidores y servi- dos, y, por qué no, entre funciones ser- vidoras y servidas. Diseño conceptual El diseño conceptual es la solución ade- cuada para dar respuestas imaginati- vas en su concepto a éstas y otras cues- tiones, incluso más allá de los corsés de las normativas, identificando los objeti- vos en su esencialidad y evaluando las diferentes soluciones existentes para al- canzarlos. Esta metodología de trabajo está ba- sada en un proceso que requiere la identificación y selección de objetivos, análisis y evaluación de riesgos, defini- ción de estrategias, establecimiento de criterios técnicos cuantificables y defini- ción de los parámetros para la evalua- ción y aceptación de las soluciones téc- nicas a diseñar e implementar. Mediante un análisis multidisciplinar con la cooperación activa de todos los profesionales involucrados en el pro- yecto –e incluso se debería decir con la involucración de todas las sensibilida- des–, se pueden alcanzar soluciones de integración, convivencia y equilibrio que den respuestas adecuadas a las proble- máticas planteadas. La máxima del diseño conceptual es la búsqueda de soluciones al servicio úl- timo de los diferentes agentes de interés del proyecto. En el caso de los edificios para la custodia y exposición de obras de arte, al servicio de los objetivos de los responsables o directores de coleccio- nes de arte, comisarios de exposiciones, responsables de restauración, cataloga- ción y conservación, responsables de seguridad, de mantenimiento, etc.; po- niendo para ello al arquitecto y su estu- ICEACSA
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