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SEGURITECNIA Octubre 2015 85 Diálogos con el arte tauradores, dadas la singularidad, el va- lor y consideración de los objetos que se custodian. Por otro lado, me gustaría dejar cons- tancia de que en los procesos de con- tratación de los mantenimientos de las instalaciones contra incendios, la elec- ción del proveedor no se puede basar en el precio. Por desgracia, en la actua- lidad es muy común que tanto las Ad- ministraciones Públicas, como las em- presas privadas, lo primero que valoren sea la parte económica, no teniendo en cuenta que la seguridad contra incen- dios debe pivotar sobre el rigor, la efi- cacia y la fiabilidad de los trabajos reali- zados por técnicos cualificados en este tipo de instalaciones, piedra angular para poder garantizar el éxito o fracaso en caso de un incendio real. Adjudicar por precio un servicio de mantenimiento contra incendios es un error de bulto que puede aparejar res- ponsabilidades legales graves, así como impagos de las coberturas de las pólizas de seguros cuando se aceptan ofertas temerarias por unos servicios que sabe- mos es imposible asumir por los costes de los trabajos a realizar por la empresa adjudicataria, garantizando con ello que el resultado final no sea el deseado. Hay –por experiencia lo puedo de- cir– una gran confusión sobre dónde en- cuadrar el mantenimiento de las insta- laciones de PCI, si en el departamento de mantenimiento y servicios generales o en el de seguridad, y es un gran error. Al margen de cualquier consideración de carácter legal contemplada en la Ley de Seguridad Privada, hay que tener en cuenta las responsabilidades que los di- rectores de seguridad asumen a la hora de hacerse cargo de un departamento de seguridad, cuando a éstos se les en- comienda la protección y custodia de las personas y los activos patrimoniales. En este punto, no sólo hay que contemplar los requerimientos de seguridad vincu- lados con los hechos delictivos, sino que deben contemplarse todos los riesgos asociados a la actividad de la entidad, entre los que se encuentra el riesgo de incendios y siniestros similares. Estos ries- gos, vinculados a la seguridad de las per- sonas, toman una relevancia capital, ya que son los que mayor índice de sinies- tralidad tienen y más daños provocan en caso de manifestarse. También es muy importante que el personal de las instalaciones esté for- mado y familiarizado con los sistemas y equipos de PCI instalados –y no hablo únicamente de los vigilantes de seguri- dad–, pues la formación de los emplea- dos como colectivo es la mejor forma de garantizar la mayor eficacia en la res- puesta en caso de una alarma o incen- dio real. Como socio de Protecturi (Asociación para la protección del Patrimonio Histó- rico) desde su inicio, y con mi experien- cia en el sector de la Seguridad y PCI, me gustaría que se le diese mayor im- portancia a este tema por parte de las direcciones de los centros e institucio- nes culturales, directores de seguridad y compañías de seguros, y que se involu- crasen más en dotar a los empleados de una cultura de seguridad y de preven- ción mediante el correcto conocimiento y manejo de los sistemas y equipos ins- talados, así como en los procedimien- tos de mantenimiento preventivo. Ense- ñando cuáles son los equipos más idó- neos –en cada caso– para el riesgo a combatir, ocasionando, por ello, durante el proceso de extinción del fuego el me- nor daño posible a las obras a proteger. Por último, en la fase de diseño de las instalaciones de PCI hay que tener muy en cuenta que el coste de manteni- miento en la vida útil del equipamiento sea el adecuado a los presupuestos que tenga dicha organización. Actualmente hay compañías que han instalado sis- temas que, cuando llegue el momento de reponer, sustituir, recargar, modificar, etc., supondrán un montante econó- mico tan elevado del presupuesto que será inabordable. En definitiva, del correcto manteni- miento operativo de los sistemas de PCI instalados en los centros culturales de- pende la vida y la integridad de los visi- tantes y empleados del centro y, por el ende, la pervivencia del acervo cultural y las obras de arte que allí se custodian, que son el legado que nos han dejado nuestros antepasados como herencia cultural y memoria de nuestro pasado. S Es obligatorio contratar el mantenimiento de las instalaciones y los equipos de PCI con empresas que estén cualificadas

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