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32 SEGURITECNIA Noviembre 2015 Diálogos con el arte creíbles contrastes de luces y sombras que dan al mismo tiempo volumen y aire enigmático a sus figuras. Con su dominio del color y la atmós- fera se convirtió en el primero en ser ca- paz de pintar el aire. Leonardo se ade- lantó en el tiempo al considerar que la distancia desde el ojo hasta los objetos representados se llenaba con aire y que éste hacía que los objetos lejanos per- diesen nitidez y variasen su cromatismo, por lo que la perspectiva aérea fue a par- tir de ese momento una característica in- confundible de su particular estilo. Origen del artista Artista legendario, nació en 1452 en el pueblo toscano de Vinci, localidad si- tuada muy cerca de Florencia. Hijo de un rico notario florentino y de una campe- sina, sería criado por su padre. A media- dos de la década de los años sesenta la familia se instaló en Florencia, donde re- cibió la más exquisita educación. Siendo un niño ya destacaba por su enorme curiosidad, invención y habili- dad para las artes. Su padre siendo cons- ciente del talento de su hijo autorizó al joven a ingresar a los 14 años como aprendiz en el taller de un pintor. Por- que no nos olvidemos de que en aque- lla época el gremio de pintores era el que determinaba que se debía estar seis años en un taller formándose en pintura, escultura y técnicas de la creación artís- tica para finalmente poder ser recono- cido como artista libre. Así lo hizo Leonardo, pero no eligió cualquier taller, sino que acudió a for- marse en el de Andrea del Verrocchio, fi- gura principal de su época en el campo de la pintura y escultura. Junto a él, el jo- ven artista se inicia en las diversas acti- vidades plásticas sobresaliendo por su maestría. Y mientras participaba en las piezas de su maestro muy pronto sus obras individuales comenzaron a des- tacar por su innovador dinamismo, lo- grado por la destreza en los contras- tes, el delicado dibujo o el extraordina- rio manejo de la técnica del claroscuro. De esta manera su increíble imagina- ción creativa y la temprana destreza de su pincel, no tardarían en superar a las de su maestro. Por lo que a principios de los setenta entró a formar parte del gre- mio de pintores, al mismo tiempo que su fama crecía y sus encargos aumentaban. Por aquel entonces Florencia se había convertido en una de las ciudades más prósperas de toda Europa y el gran cen- tro comercial de Italia, donde los Médi- cis habían establecido una corte de gran esplendor debido a la genialidad de sus artistas. Pero el joven Leonardo se dio cuenta de que aunque tenía buena re- putación no conseguía lo que el real- mente esperaba, él buscaba mucho más, por lo que a sus treinta años decidió conseguir un futuro mejor. En 1482 Leonardo entra al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán y hom- bre poderoso, tras haberle escrito una carta en la que el artista se ofrecía como M ito de las artes y las cien- cias, se puede afirmar que Leonardo da Vinci superó con creces la época que le tocó vivir. Su figura durante su vida impuso respeto y hoy en día éste se sigue manteniendo, y junto a él la admiración, la leyenda y el misterio. Siempre lleno de humanidad, singularidad y abrumadora creatividad, está considerado uno de los grandes re- presentantes del Renacimiento y genio indiscutible de la historia del arte. A lo largo de su vida parecía que an- siaba llegar a poseer todos los conoci- mientos. Se dedicó por igual y con la misma pasión a los estudios de carácter científico como a las innovaciones artís- ticas, a la actividad ingenieril o a la ana- tomía. Pero ante todo podemos decir que siempre se preocupó por el origen de las cosas y para ello basó su vida en la observación directa del mundo que le rodeaba. Él deseaba comprender los enigmas de la realidad y, por eso, llegó a tener claro que arte, ciencia y filosofía es- taban estrechamente unidas. Curioso incansable, si algo define la obra y la vida del maestro italiano es su fascinante pasión por las diversas for- mas del saber, a lo que unía su afán por la experimentación. Afirmaba que la mi- sión del artista era explorar el mundo vi- sible, confiaba sinceramente en lo que veía con sus propios ojos, y si no lo en- tendía investigaba y probaba hasta llegar al perfecto entendimiento. Posiblemente Leonardo no investigaba por ambición, sino por enriquecer su conocimiento y por encontrar la solución perfecta a lo que necesitaba para su arte. Fue el gran maestro de la composición geométrica y del color, pero sobre todo de la luz y del dibujo, al que somete a un efecto de difuminado por medio de in- Laura Pais / Licenciada en Historia del Arte ‘La dama del armiño’ Autor de la obra: Leonardo da Vinci Cronología: 1489 – 1490 Localización: Museo Czartoryski. Cracovia Técnica: Óleo sobre tabla

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