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52 SEGURITECNIA Noviembre 2015 Diálogos con el arte nio histórico, y, por otro lado, no habér- selo transmitido al propio personal de seguridad. Nuestro ordenamiento jurídico define a los museos como: “las instituciones de carácter permanente que adquieren, conservan , investigan , comunican y ex- hiben para fines de estudio, educación y contemplación conjuntos y coleccio- nes de valor histórico, artístico, científico y técnico o de cualquier otra naturaleza cultural” (artículo 59.3, Ley 16/1985). Si obviamos el hecho de la adquisición de una colección, que es algo bastante complejo, podríamos partir de la defini- ción del resto de conceptos: Conservar : hacer que una cosa se man- tenga en buen estado, guardándola en determinadas condiciones o haciendo lo necesario para que así sea. Investigar: hacer las diligencias necesa- rias para descubrir algo. Profundizar en el estudio de una disciplina. Comunicar: hacer saber una cosa a una persona. Exhibir: exponer una cosa pública- mente de forma que pueda ser vista por un gran número de personas con detenimiento. En todas partes Establecido lo anterior, la pregunta es: en los conceptos anteriores, ¿dónde inter- viene el departamento de Seguridad? Y la respuesta es: en todos Las obras de arte, que por propia na- turaleza son extraordinariamente deli- cadas, se vuelven vulnerables al exhi- birse debido a múltiples factores como pueden ser las condiciones climáticas, las acciones de los visitantes, las acti- vidades delictivas, las situaciones de emergencia, etc. Con respecto a la investigación, este personal no sólo tiene que averiguar qué ha pasado según lo ocurrido, sino tam- bién detectar los posibles fallos, sean de quien sean, y corregirlos. Asimismo, para mejorar día a día, debe estudiar el com- portamiento del público (como ya se hizo en el museo Thyssen), establecer sus necesidades de formación, etc. En cuanto a la comunicación, la labor del personal de seguridad hacia los vi- C uando nos planteamos la orga- nización de un departamento de Seguridad, algo fundamen- tal es conocer los objetivos de la em- presa, su negocio, sus procesos producti- vos, sus fortalezas, sus debilidades, su or- ganización interna, el sector en el que se desenvuelve y, una vez establecido todo esto, analizar sus riesgos y tratarlos desde el punto de vista de la seguridad. Muchas veces, los departamentos de Seguridad, por concepciones erróneas, se diseñan desde la perspectiva de ser un ente aislado y que marca sus objeti- vos independientemente de los globales de la empresa. Al margen de que esto es un error dramático en cualquier enti- dad, en el caso de los museos la interco- nexión con los objetivos de la institución y con las necesidades de conservación de las obras de arte debe formar parte de su propio ser. En algunas ocasiones, cuando he dado conferencias cuyo título coincide con el de este artículo, y al afirmar que el personal de seguridad es el que más contribuye a la conservación de las obras de arte, siempre se levanta alguna mano discrepando de esta afirmación, sobre todo por parte de conservadores y res- tauradores presentes. Evidentemente, no se trata de menospreciar a nadie ni al trabajo que realiza, sino que pretende llamar la atención hacia un trabajo que muchas veces sí que está muy menos- preciado: el del personal de seguridad, tanto vigilantes como auxiliares en las sa- las de los museos. Cuando en un museo, y en cualquier otra institución, se piensa así es por- que se han cometido varios errores; en- tre otros, no haber sabido transmitir co- rrectamente al resto de la organización cuál es la labor de este personal y su relevancia en la protección del patrimo- Francisco de la Fuente / Vocal de la Junta Directiva de PROTECTURI La seguridad desde el punto de vista de la conservación de las obras de arte

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