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100 SEGURITECNIA Mayo 2016 Opinión los trasladamos al diario vivir, nos da- mos cuenta de que son los mismos individuos que a menudo se acercan con fingido candor para una vez con- fiados mudar sus intenciones y con- vertirnos en fácil presa de sus viejas ambiciones. Dadas las circunstancias por las cuales atravesamos en estos momentos, les diré que si alguna vez existió una generación necesitada de ser avisada acerca de los embaucado- res, dulces seductores de fácil y me- lodiosas palabras, en cualquier ám- bito de la vida, la actual es precisa- mente la más apremiada. Los mentirosos, engañamundos y trapaceros son maestros en el arte de aparentar desinterés, magnanimi- dad, benevolencia. En su exterior no se percibe nada ruin, forma parte del ropaje, de la proyectada representa- ción, lo cual dificulta reconocer el en- gaño; estos individuos, con piel de cordero, suelen prodigar convincen- tes promesas, enfundados en el traje de la persuasión, se acercan con ter- nura, oculto el fingimiento, dando la impresión de que tanto ellos como sus representados están en posesión de la verdad. Con pachorra, se des- prenden de la envoltura de sumiso para dar paso a la alimaña depreda- dora que llevan dentro. Más de un listo se tragó el cuento, ahora atra- gantado trata de digerir el ardid ex- perimentado. En la vida hay que cui- darse, estar atentos, sin olvidar que en nuestra sociedad abunda en de- masía el lobo camuflado de corderi- llo, no olvidemos la fábula de Esopo “El lobo con piel de oveja”. A buen entendedor... S C omo sabes, mi estimado lec- tor, me agrada vagar por la Valentia sin rumbo fijo. A ve- ces lo hago orientando los pasos ha- cia edificios religiosos, de los cuales la ciudad del Turia es pródiga en ellos; aún conserva algunos dentro y fuera de las extintas murallas, sin negar que en los siglos XVII y XVIII fue de las capitales españolas con más conven- tos, monasterios e iglesias parroquia- les por metro cuadrado. Para mues- tra, baste señalar la iglesia parroquial de San Agustín, convento extramu- ros de los agustinos en 1307; la iglesia de San Martín, declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1983; Monestir de Santa Magdalena; o San Juan del Hospital, fundada en 1238 por la Orden Militar de los Caballe- ros Hospitalarios de San Juan de Jeru- salén, hoy Orden de Malta, que es la iglesia más antigua de Valencia des- pués de la Reconquista. Cuantiosos templos, capillas, mo- nasterios, conventos y casas de Dios no sobrevivieron a la irracional bar- barie del hombre, al tiempo que se destruyó un inmenso patrimonio ar- tístico y cultural irremplazable; des- canse en paz. La sapiencia popular refiere que, por aquellos pagos, hubo hombres sumisos, obedientes, saga- ces, avispados siempre cercanos a los hilos del poder, del gobernante de turno, de quienes obtenían favores con pingues beneficios mediante de- terminadas operaciones nunca límpi- das, normales. Se malvendieron con- ventos-fortaleza, guiados tan solo por el interés especulativo, para lograr con ello el enriquecimiento personal. Nada de esto resulta extraño hoy al común de las gentes. Las fabulas son composiciones lite- rarias breves, cuyos personajes princi- pales suelen ser animales o cosas ina- nimadas que ostentan características humanas, encierran “una intención di- dáctica de carácter ético y universal” que aparece en la parte final de la na- rración para aportar una enseñanza o aprendizaje conocida como moraleja. Los cuentos, por otro lado, son rela- tos breves, hablados o escritos, en los cuales se expone una historia de fic- ción con un reducido número de per- sonajes, una trama poco desarrollada, un clímax y desenlace final rápidos. En ambos casos, desde siempre, di- chas historias han tenido un propó- sito más allá del entretenimiento, por ser un modo de meditar sobre la vida, sus virtudes y defectos, al tiempo de componer una vía apropiada para transmitir buenas costumbres, res- peto al semejante, honradez, toleran- cia, generosidad, aprendizaje... valores enriquecedores del ser humano y ex- celente herramienta para la vida. A veces llegan a mi mente flashes sobre la conducta o proceder de hoy en día. De modo inevitable, me re- sulta difícil alejar del pensamiento al- gunas de las enseñanzas, lecciones o consejos que en mi lejana juven- tud atendía con gran interés; don Ca- yetano, maestro de imborrable evo- cación, al explicar ciertas fábulas o cuentos, jamás dejaba de señalar a esa gente altanera que muestra por fuera aquello de lo cual carece por dentro, lobos disfrazados de corde- ros, apuntillaba. Si dichos personajes Antonio Ávila Chuliá Lobos y corderos “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.” Cicerón

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