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46 SEGURITECNIA Junio 2016 Seguridad Integral nocer su funcionamiento interno aho- rrará tiempo y esfuerzo. Hay herramientas que identifican si un proveedor no cuenta con buena sa- lud económica. Las intervenciones oca- sionan una inversión inicial que el pro- veedor puede que no sea capaz de asu- mir. Por ello, la Administración emite certificados que indican si se encuen- tran al corriente de pago. Otra opción es el aval bancario, es más bien un ter- mómetro que barema su situación ban- caria no un objetivo de cobro en caso de necesidad. Y, por último, el desarrollo sería la tercera fase del proceso. Éste consiste en la implantación del elemento o ser- vicio definido y su durabilidad en el ti- empo. Si las etapas anteriores han cum- plido sus objetivos, esta fase es el resul- tado de su inercia y sólo correspondería la labor de control. Una vez evitado el fraude por falta de definición, correspondería al contrato pri- vado concretar las responsabilidades en cada caso. Además de todas las disposi- ciones legales que el documento por sí mismo genera, es necesario incluir direc- trices de funcionamiento común, como el tratamiento de la confidencialidad, pre- vención de riesgos, niveles de servicio, plazos, compromisos de calidad y medio ambiente, etc. Cualquier elemento que consideremos necesario indicar con el objetivo de maximizar el control. S ñar esta posibilidad. Hay que plantearse si el elemento tiene parada a la hora de su mantenimiento, qué ocurre en caso de sabotaje y tiempo de restable- cimiento del servicio, cómo responde frente a una climatología adversa, pla- zos para entrega de material, etc. Reali- zar un amplio estudio de mercado faci- litará la elaboración del diseño. Una vez definido perfectamente qué es lo que queremos y cómo lo quere- mos, tenemos que definir quién lo rea- lizará. Si contamos con recursos propios hay que valorar si estamos cualificados legalmente, el grado de complejidad de la instalación y la pérdida de ciertas ga- rantías que pasarían a ser de cada ele- mento, no de la instalación en su con- junto. También se puede optar por una externalización parcial o total de la ac- tuación o servicio. Cuantas más divi- siones de los trabajos tengamos, ma- yor esfuerzo dedicaremos al control del proceso. El proceso de licitación debería ser transparente y ecuánime. Todos los pro- veedores tendrían que contar con la misma información. La elección de los proveedores a ofertar es importante, debemos conseguir una relación sim- biótica, ambas partes se necesitan. Si no se cuentan con proveedores de con- fianza es recomendable informarse de ellos hablando con sus clientes y cono- ciendo sus actuaciones o servicios. Co- forma es posible que podamos reducir o incluso eliminar la intervención gra- cias a otras instalaciones o servicios ya activos. Es primordial unificar todos los re- cursos existentes, realizando un tra- tamiento global de los servicios y ac- tuaciones que se involucran en el fun- cionamiento de una infraestructura. La sinergia producida por la gestión de servicios y recursos de forma unifi- cada, mejora su funcionamiento y ge- nera valor tanto a profesionales como a organizaciones. El aprovechamiento máximo de los servicios que concu- rren, coordinados desde un único punto, armoniza su funcionamiento, los mejora y reduce costes, aumen- tando beneficios. La flexibilidad, la cali- dad y eficiencia deben ser característi- cas buscadas a la hora de diseñar. Para evitar desviaciones económicas o distorsiones en la consecución de ob- jetivos es fundamental realizar un di- seño perfectamente definido, evitare- mos así tomar decisiones al azar. Para poder definir adecuadamente un di- seño nos basamos en la fase anterior, el conocimiento. Otro punto fundamental a tener en cuenta es la mantenibilidad del ele- mento . Se estima que el coste del ciclo de la vida de un activo se distribuye en un 30 por ciento en CAPEX, en diseño y creación, y un 70 por ciento en OPEX, o inversión realizada durante su vida útil. (Imagen 1). Si se extrapola esta información a las nuevas instalaciones que realicemos podemos asegurar que la inversión ini- cial es significativamente menor que la que generará a futuro, por lo que su mantenimiento, uso, impacto ambien- tal, etc., son costes recurrentes que son necesarios tener en cuenta. El servicio buscado en el diseño es primordial en una infraestructura crí- tica. Una pérdida de servicio es prácti- camente intolerable, por lo que tene- mos que contemplar la hora de dise- Imagen 1: Coste del ciclo de vida de un activo 1 . 3. Derechos reservados AMS Group - 2011.

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