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30 SEGURITECNIA Julio-Agosto 2016 Seguridad contra incendios H abitualmente, cuando pensa- mos en infraestructuras crí- ticas nos viene a la mente la imagen de potentes centros de cálculo, de inmensas infraestructuras de trans- porte o de grandes centrales de gene- ración de energía. Dado el estado de alerta casi permanente en que vivimos debido a los nuevos retos de seguridad que afrontamos en estos inicios del si- glo XXI, la seguridad de estas infraes- tructuras pasa por considerar ciberame- nazas o ataques terroristas. Pero ¿qué es lo que ocurre con la seguridad con- tra incendios? Podríamos pensar que en estos centros tan sofisticados y tecno- lógicos el incendio pasa a considerarse como una amenaza de segundo ni- vel. Sin embargo, el fuego sigue siendo hoy, como siempre, una de las principa- les preocupaciones de los responsables de seguridad de estos centros. Merece una atención al más alto nivel ya que las consecuencias de un siniestro de este tipo pueden ser absolutamente incapa- citantes para la actividad y tener graves consecuencias para la población. Viajemos en el tiempo hasta finales de los años ochenta. En el sector ener- gético, el gobierno socialista aprobó, en 1984, una moratoria nuclear que para- lizó proyectos importantes en los que se invirtieron miles de millones de pe- setas. La central nuclear de Vandellós I, en Tarragona, llevaba funcionando desde 1972. Se trataba de un reactor tipo GCR ( Gas Cooled Reactor ), el único de esta tecnología instalado en España (los demás eran BWR, Boiling Water Re- actor, o PWR, Pressurized Water Reactor ). La diferencia es que el GCR es un re- actor de grafito-gas, en el que se usa CO 2 como refrigerante y grafito como moderador de neutrones, mientras que los BWR y PWR utilizan agua como mo- derador y refrigerante. Pues bien, en la central de Vandellós I tuvo lugar, el 19 de octubre de 1989, un incendio en la sala de turbinas. El edificio de turbinas es, como en cualquier central térmica, el lugar donde el vapor mueve el ro- tor de una turbina que a su vez hace gi- rar el alternador. En el día mencionado, varios álabes de la turbina se despren- dieron, provocando a su vez la rotura de varias conducciones de aceite de lu- bricación y una fuga de hidrógeno en el generador (el hidrógeno es utilizado para la refrigeración de este elemento). El cóctel incendiario estaba servido. El aceite entró en ignición, provocando un incendio que afectó a todo el edificio de turbinas. Pero además, el incidente provocó una fuga en el intercambia- dor de calor del condensador del ciclo térmico (en el que se utilizaba agua de mar para condensar el vapor a su salida de la turbina). Como consecuencia, el agua de mar inundó la parte inferior de la cava del reactor, dejando sin servicio dos de las cuatro soplantes que inyecta- ban CO 2 para la refrigeración en parada. El incidente obligó a realizar la parada del reactor, pero con graves dificultades durante el proceso, ya que la refrigera- ción en ese tiempo fue muy deficiente debido a la falta de caudal de CO 2 por las soplantes inutilizadas. La tempera- tura del combustible en el reactor llegó a alcanzar valores ciertamente alarman- tes, que fue lo que a la postre hizo que el incidente se clasificase como de Ni- vel 3 en la escala nuclear de accidentes. Fue el más grave de la energía nuclear española y el cuarto más grave a ni- vel mundial, por detrás de Harrisbourg, Chernobyl y Fukushima. Esto fue así aún a pesar de que no llegó a producirse fuga radiactiva alguna al exterior. En definitiva, el accidente que se pro- dujo trajo como consecuencia directa la pérdida total del edificio de turbinas, el posterior cierre y el desmantelamiento de la central. El suceso contribuyó a la decisión final de paralizar, en 1994, las obras de cinco centrales nucleares pro- yectadas, generando unas pérdidas al sector eléctrico de 729.000 millones de pesetas cuya compensación seguimos pagando los consumidores en nuestros recibos de la luz. Mejora continua La cuestión que aflora es cómo es posi- ble que, en una infraestructura de este tipo, una amenaza tan común como es un incendio haya podido generar tales consecuencias. Habría dos respuestas a esta pregunta. En primer lugar, hay al- Miguel Vidueira / Director técnico del Grupo CEPREVEN La seguridad contra incendios en infraestructuras críticas Las amenazas que hoy en día pueden afectar a las infraestructuras críticas son muchas. ¿Sigue siendo el incendio una de ellas? La PCI merece una atención al más alto nivel, ya que un siniestro de este tipo puede tener graves consecuencias para la población

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