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90 SEGURITECNIA Octubre 2016 Gestión y Control de Alarmas V ivimos en un entorno cam- biante en el que todo evo- luciona rápidamente. Esto también sucede en la industria de la seguridad, ya que el mercado y sus ne- cesidades varían al ritmo en que la so- ciedad evoluciona. La tecnología se adapta a esos cambios, o facilita que se produzcan. Por lo tanto, las compa- ñías deben evolucionar y adaptarse al mismo ritmo tanto para mantener el éxito alcanzado como para sobrevivir. En el caso de las empresas de segu- ridad privada, hasta 2008 el número de conexiones a centrales receptoras de alarmas (CRA) aumentaba cada año. Sin embargo, a partir de entonces las cifras comenzaron a descender. La disminu- ción brusca de nuevas construcciones de locales y viviendas provocó un es- tancamiento del número de conexio- nes de CRA. Ése no es el único estancamiento en el mundo de las CRA. La electrónica no ha evolucionado demasiado, ni tam- poco lo que se ofrecía al usuario. Con este panorama se hizo imprescindible evolucionar y modificar el modelo de negocio, innovar creando nuevas pro- puestas muy distintas a lo que se hacía hasta ese momento. Ha sido la tecnología la que ha permi- tido ampliar y desarrollar nuevos servi- cios relacionados con la detección, ve- rificación y supervisión de las señales de alertas, entre otros. Así, este boom tecnológico ha conseguido, entre otras cosas, establecer CRA multiprotocolo, sistemas de verificación mucho más eficaces y mayor seguridad en las co- municaciones. Ahora proporcionamos herramientas que permiten más flexibilidad y acceso a diferentes mercados que antes eran inaccesibles y no usaban sistemas de seguridad. Un ejemplo de esto es po- der ofrecer pago por uso de las CRA, es decir, darles a los usuarios la opción de utilizar las CRA sólo para los casos en que lo necesiten. Con esto se consigue que muchas personas que nunca se ha- bían planteado tener este tipo de servi- cio, lo hagan de manera ocasional. Otro punto favorable es que, gracias a las soluciones en la nube se redu- cen los tiempos de instalación (coste de mano de obra), los costes de explo- tación (mantenimiento) y la gestión de las alarmas reales. Además, se pueden dar otros servicios al cliente final, como el control de menores, cuidado de ma- yores, y otros servicios controlados por el usuario. Con todo ello pretendemos que los instaladores vean nuestras soluciones como un nuevo modelo para su nego- cio que puede ofrecer servicios adapta- dos a las necesidades de cada cliente. Así podrán llegar a nuevos “mercados inac- cesibles” para ellos hasta entonces, con- siguiendo negocios más rentables. S Borja García-Albi Gil de Biedma Vicepresidente en Iberia y Latinoamérica de Risco Group Soluciones en la nube, la evolución más importante para las CRA
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