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26 SEGURITECNIA Febrero 2017 Seguridad en la Industria un exhaustivo control de proyecto, que ha de ser aprobado antes de proceder a su montaje, un seguimiento durante la fase de instalación y unas pruebas fina- les, se garantiza que los sistemas previs- tos sean los adecuados al riesgo prote- gido y que el día de su entrega funcio- naban sin ningún problema. En teoría tenemos herramientas sufi- cientes para facilitar que se alcance un nivel satisfactorio de seguridad contra incendios, usémoslas. También dispo- nemos de legislación suficiente, incluso excesiva, pero tenemos serias limitacio- nes en los dos factores más importan- tes: la concienciación y el control. No superaremos la situación actual mien- tras no consigamos que los responsa- bles finales de las industrias conciban la protección contra incendios como una inversión necesaria para la producción. Igualmente, de nada nos servirá desa- rrollar más legislación si ésta no esta- blece un sistema de control de los in- cumplimientos eficaz y ejemplarizante en las sanciones, tanto para la legisla- ción actual como para la futura. S sas que son conscientes del riesgo que tienen entre manos, mediante controles por tercera parte independiente. La prin- cipal diferencia es el grado de implanta- ción del sistema en cada nación. En Ale- mania, por ejemplo, se aplica este sis- tema prácticamente al cien por cien de las instalaciones, en Francia o Bélgica su- peran ratios del 50 por ciento. Controles de garantías Estos controles pueden aplicarse a los instaladores mediante sellos de cali- dad, como la calificación CEPREVEN en España, VdS en Alemania, Anpi en Bél- gica o APSAD en Francia, basadas to- das en las mismas directrices. Estas cali- ficaciones permiten a las empresas que así lo desean demostrar su capacidad para diseñar, instalar y mantener instala- ciones de PCI. Se conceden tras superar una serie de auditorías a la empresa y a obras realizadas, así como unos contro- les de conocimientos a sus técnicos res- ponsables. Otra opción es aplicar estos controles a una instalación específica. Mediante aproximación, podríamos decir que para hacerlo bien debemos montar una ins- talación que sea capaz de controlar el riesgo real que presentan nuestros pro- cesos productivos. El ingeniero que siempre le lleva estos temas ha consultado a varias empresas instaladoras y tiene varias ofertas, pero cada uno le ofrece una instalación di- ferente. ¿Con cuál nos quedamos?, pre- gunta el industrial. Finalmente se lleva el gato al agua aquella cuyo comercial ha sabido vender mejor su opción que, siendo válida, sin duda era la mejor al- ternativa para las arcas de esa empresa instaladora. Pero ¿funcionará en caso de incendio? Probablemente esa pre- gunta, salvo que la mala suerte se cebe con nuestra instalación, se quede sin res- puesta y la nave se desmantele tras el ci- clo de vida sin haber sufrido ningún in- cendio y sin que los sistemas de protec- ción contra incendios hayan tenido que actuar. Esta particularidad de la mayo- ría de los sistemas de protección contra incendios (PCI), cuyo estado es normal- mente no funcionando, hace que sea muy difícil adquirir una experiencia ade- cuada (al fin y al cabo, la experiencia es la suma de los errores cometidos con ante- rioridad), ya que los posibles errores en el diseño o construcción de los mismos no se manifiestan nunca. Por la misma ra- zón, el mercado de no se autorregula y es difícil de diferenciar a aquellos que lo hacen bien de los que, por desconoci- miento o afán de ahorrar costes, venden sistemas que probablemente no funcio- nen tal y como se esperaba, lo que solo podremos constatar en caso de un in- cendio real. Si no funciona en ese mo- mento no tendremos margen de ma- niobra para solucionar el problema y el fuego se desarrollará sin que pueda ser contenido por nuestra instalación. Esta situación no es solo propia de nuestro país, sino que se repite en mu- chos de los de nuestro entorno o de nuestro nivel económico, si bien en la mayoría la obligación de erigir una insta- lación parte del contrato del seguro y no de la legislación vigente. ¿Cómo lo so- lucionan? La respuesta es fácil: como lo solucionan en España aquellas empre- No superaremos la situación actual mientras no consigamos que los responsables de las industrias conciban la PCI como una inversión necesaria

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