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SEGURITECNIA Febrero 2017 29 Seguridad en la Industria Por otra parte, con el avance tec- nológico tanto de equipos como de software , se abre un abanico de posib- ilidades a través de sistemas GMAO (Gestión de Mantenimiento Asistido por Ordenador) que, además de permitirnos llevar un control exhaustivo de inventar- ios, incidencias, averías, historiales, etc., junto con el uso de ciertos instrumentos de medición, análisis de parámetros físi- cos y químicos, así como ensayos no de- structivos (END), hace posible que nos anticipemos a roturas inesperadas sin necesidad de emplear mucho tiempo y con el poder de la información. De esta manera se consigue llevar a cabo una correcta trazabilidad de la vida útil de los sistemas de protección contra incendios y prolongándola siempre en niveles ópti- mos de seguridad. S protección contra incendios pero que incluyen dichas inspecciones por la re- ducción de costes, con ofertas “muy competitivas”, perjudicándose a sí mis- mas y al sector. Solo las empresas con cultura en protección contra incendios llevan a cabo un verdadero manteni- miento de este tipo de instalaciones de seguridad. El mantenimiento debería ser con- templado en todas sus diferentes fa- ses: predictiva, preventiva y correctiva. Además, es de vital importancia con- templar la totalidad de las mismas para poder obtener las máximas garantías de funcionamiento, evitando grandes costes inesperados derivados de im- previstos y actuaciones a destiempo, ligado entre otros a costes por parada de actividad. Perjudica al sector En esta línea argumental, ya que he mencionado el RIPCI, es a mi juicio en la parte del mantenimiento de las instala- ciones de protección activa y pasiva con- tra incendios –sobre todo en la parte in- dustrial por su nivel de riesgo a la par que deterioro de las mismas ligado al tipo de actividad– donde el sector está acuciando más la crisis que padece el RIPCI. Es inadmisible en temas de seguri- dad –en los que hablamos de personas– que la mayoría de las empresas de man- tenimiento en protección contra incen- dios y afines hagan sólo alusión, y sobre todo en la práctica, a las tablas I y II del apéndice II del arcaico RIPCI. El mantenimiento de las instalaciones de protección contra incendios es tanto o más importante que la propia edifica- ción. Por lo tanto, las instituciones de- bería apoyar en mayor medida accio- nes tales como la clara obligatoriedad de cumplir normas más acordes a los tiempos actuales (por ejemplo, la UNE 23580) con el fin de poder igualar los mínimos normativos aplicables a todas las empresas. De esa manera se elimi- naría la actual situación en desventaja económica que sufren las compañías serias y concienciadas con la seguri- dad, frente a otras que sólo piensan en el beneficio de sus actividades a cual- quier precio, desprestigiando el sector. En este sentido, es de agradecer a los comités europeos que hayan incluido en la última versión de la UNE EN 12845 del 2016 (aunque sólo se aplique a ro- ciadores y con el RIPCI sin actualizar) la inspección periódica al menos una vez al año, en la que una tercera parte debe evaluar si el sistema está de acuerdo a dicha norma en cuanto a manteni- miento, funcionamiento e idoneidad para el riesgo involucrado. En la actualidad y acuciadas por la cri- sis, es una realidad que muchas empre- sas se limitan a realizar las inspecciones según el RIPCI, en algunos casos sólo de manera visual, en base a las opera- ciones trimestrales de la tabla I de la misma y por personal no especializado, aprovechando sinergias de otros con- tratos que nada tienen que ver con la Solo las empresas con cultura en protección contra incendios llevan a cabo un verdadero mantenimiento de este tipo de instalaciones de seguridad

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