Seguritecnia 450
206 SEGURITECNIA Febrero 2018 Opinión D esde el comienzo de mi an- dadura profesional en este querido sector de la seguri- dad privada, en 1984, ha llovido mu- cho, como se suele decir de forma co- loquial. Y también se han producido varios procesos internos que han mo- dificado, adecuado y regulado nues- tro sector. No me remontaré a los años más lejanos del inicio de la seguridad privada y, tan sólo como referencia, haré mención a su “edad moderna”. Me referiré a la Ley de Seguridad Pri- vada de 1992, que es la primera norma de rango legal que regula todo el sec- tor y que, por primera vez en más de cien años, conlleva la pérdida de la condición de agente de la autoridad del vigilante jurado en el ejercicio de sus funciones, así como la retirada del arma, algo aparejado al antiguo vigi- lante jurado de seguridad. En 1994 se desarrolló dicha ley con el Reglamento de Seguridad Privada, en vigor desde entonces con diver- sas modificaciones. Como todos sa- ben, actualmente estamos a la espera del nuevo texto reglamentario. De- seamos y confiamos en que el mismo traiga nuevas oportunidades para el desarrollo del sector que nos permi- tan avanzar a todos los implicados, empresas y consumidores de seguri- dad, en una actividad muy madura y que se ha tenido que ir adaptando a los cambios de los últimos 25 años. Concretamente, el mercado de la vi- gilancia, al que me quiero referir a tra- vés del presente artículo, vive un mo- mento de cierta polarización bajo mi punto de vista. Función insustituible Hoy en día, la tecnología avanza de forma imparable y se abre paso en nuestro sector con una contunden- cia que es totalmente indiscutible. Los medios de protección electrónicos, los sistemas de intrusión, los controles de accesos, los circuitos cerrados de te- levisión (CCTV), etc., son sistemas de seguridad cada vez más sofisticados y fiables que complementan y –nos guste o no– llegan incluso a sustituir en determinados puestos y funciones a los vigilantes de seguridad. Pero también es muy cier to que el vigilante de seguridad tradicional, el factor humano, la intervención de la persona, la reacción etc., son fun- damentales y siguen estando total- mente vigentes y son necesarios e in- dispensables en muchísimas parce- las de nuestro sector. Las empresas nos preocupamos de que los vigilan- tes de seguridad estén bien formados y empleamos muchos recursos en do- tarles de la mejor tecnología. Y esta fi- gura profesional tiene una función en la actividad diaria de nuestra sociedad que yo calificaría de insustituible. Pero, ¿todo esto se valora realmente? Me gustaría recordar que en los al- bores del siglo XXI, este sector estaba Vicente Lara García / Director comercial de Pycseca Seguridad Servicios de vigilancia: situación del mercado actual Debemos cumplir rigurosamente la legislación laboral, el convenio colectivo nacional y unos costes que contemplen las obligaciones del Reglamento
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