Seguritecnia 450

86 SEGURITECNIA Febrero 2018 Así Opinan I niciamos un nuevo año en el que deberíamos zanjar al- gunas cuestiones que quedaron en el tintero durante el 2017 y en el que, sin lugar a dudas, haremos frente a nue- vos retos y aprovecharemos nuevas oportunidades. Llevamos varios años llenando hojas y ocupando foros ma- nifestando la madurez de nuestro sector, su profesionalidad, su crecimiento, su apuesta por la calidad, su adaptación a la innovación, a los avances tecnológicos y un largo etcétera. Pero a pesar de todo ello, falta algo, falta una pieza por enca- jar que nos permita finalizar el puzle. La Ley de Seguridad Privada regula nuestro sector (de ma- nera más o menos afortunada, ahí no entraré), pero lo cierto es que tenemos una base legal que nos sitúa donde quería- mos y queremos estar. El propio preámbulo de la Ley 5/2014 establece: “En esta óptica, la existencia de la seguridad privada se configura como una medida de anticipación y prevención frente a posibles riesgos, peligros o delitos. La considera- ción de la seguridad privada como una actividad con en- tidad propia, pero a la vez como parte integrante de la se- guridad pública, es hoy un hecho innegable. No solo en España sino fundamentalmente en nuestro entorno europeo, la seguridad privada se ha convertido en un verdadero actor de las políticas globales y naciona- les de seguridad.” La seguridad privada es parte integrante de la seguridad pública y, como tal, es un actor de las políticas nacionales en la materia. Lamentablemente, en agosto del año pasado, Barcelona, ciudad donde la asociación a la que represento tiene su sede social, sufrió un terrible atentado terrorista. La participación del personal de seguridad privada tras el mismo, de manera directa o indirecta, está fuera de toda duda e incluso fue loada por algún medio de comunicación a raíz de las declaraciones de los ciudadanos que se vieron tristemente afectados por el atentado y fueron atendidos por personal de nuestro sector. En días posteriores, cuando ya todo había pasado y la ciu- dad intentaba volver a la normalidad, a su cotidianeidad, se llevaron a cabo diferentes actos institucionales de reconoci- miento a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad intervinientes, así como a los cuerpos de emergencias, voluntarios, ciudada- nos, organizaciones, etcétera, que tuvieron una participación activa durante esos terribles días. Y fue entonces cuando en- contré la pieza que me faltaba. En ninguno de esos actos/ho- menajes a los que me refiero se mencionó al personal de se- guridad privada. Aparecían diferentes uniformes que recogían reconocimientos y/o aplausos, pero ninguno era el de vigi- lante de seguridad. Ciertamente, el Departament d’Interior amplió el período para proponer menciones al personal de seguridad privada para el Día Catalán de la Seguridad Privada, al objeto de po- der recoger todas aquellas relativas a las actuaciones de dicho personal en los atentados de agosto. Y también es cierto que las empresas de seguridad privada han realizado actos inter- nos para reconocer a su personal. Pero ello, sin desmerecerlo ni mucho menos, no es a lo que me estoy refiriendo. Si somos parte integrante de la seguridad pública, si somos un actor re- levante de las políticas nacionales de seguridad, ¿por qué so- mos invisibles para nuestros representantes políticos y para la Administración cuando del sistema de seguridad pública se trata?, ¿por qué cuando se habla de los actores que intervie- nen en la seguridad oímos constantes referencias y agradeci- mientos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, los bomberos, el SEM o protección civil y nada respecto al personal de segu- ridad privada? Solo cuando tiene lugar un acto sectorial, es de- cir, cuando es un acto para la seguridad privada, se nos men- ciona y, efectivamente, se agradece la labor que nuestro sec- tor lleva a cabo y su contribución a la seguridad ciudadana. Quizá estas pocas líneas nos ayuden a reflexionar sobre ello y a unir nuestros esfuerzos para que podamos finalmente acabar el puzle que hace años comenzamos y que todavía no hemos podido acabar. S Si somos un actor relevante de las políticas de seguridad, ¿por qué somos invisibles para la Administración cuando del sistema de seguridad pública se trata? Un puzle sin terminar Anna Aisa Gerente de la Asociación Catalana de Empresas de Seguridad (ACAES)

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