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96 SEGURITECNIA Mayo 2018 Opinión T erciado el otoño evocamos el Día de los Muertos o Día de los Difuntos, establecido el 2 de no- viembre como remate al Día de Todos los Santos. Durante su pontificado, el papa Gregorio III consagró una capilla en la ba- sílica de San Pedro en honor de todos los santos y fijó su aniversario para el 1 de noviembre. En el siglo IX, el papa Grego- rio IV amplió la festividad a toda la Iglesia. Son tiempos para rememorar a quie- nes tutelaron nuestros primeros pasos y nos ayudaron a ser mejores. Y en este trance no olvido a mis enemigos, pues me procuraron la oportunidad de des- terrar para siempre su tipo de conducta, malos hábitos y costumbres. En el pasado, antes de ser Reino de Valencia, la ciudad fue musulmana y arriana, pero las costumbres sobre este día conservadas hoy son cristianas, sin olvidar Halloween como moda impor- tada de EEUU. Sin embargo, los folclores que se evocan en Halloween se cele- braban en nuestro país incluso antes de que existiese EEUU como nación y del actual culto cristiano. Bien está amol- darse a nuevas modas, pero teniendo presente que disponemos de dos alter- nativas: rendir culto de manera irónica o hacerlo con respeto. Concordia y perdón Desde hace más de 30 años, en mi des- pacho poseo un azulejo cerámico que encarna al dios romano Jano. Repre- sentado con dos caras, es una clase de héroe cultural que puede personificar a un humano que manifiesta aspectos muy disímiles entre sí o aludir a la hi- pocresía. Conocedor del pasado y del futuro, una de sus miradas se dirige al solsticio de invierno, por donde las al- mas dejan los cuerpos físicos para diri- girse a otros universos. Sin pretender los poderes de Jano, vivimos en una etapa de exacerbado odio interregional, es- trechez de miras, intransigencias de una minoría, incapacidad de los españo- les para soportarse los unos a los otros, descalificación del contrario por los hi- jos de la ira, inquina a España alimen- tada de mentiras flagrantes, etc., lo cual nos aboca hacia la desconfianza veni- dera. Aunque me esfuerzo, no com- prendo cómo hemos cambiado tanto y no para bien. ¿Mala memoria del pa- sado, omisión intencionada? Ignota perspectiva. De mi juventud recuerdo agradecido las comidas familiares presididas por mi abuelo. Los comensales, parientes de ideologías dispares, habían aprendido a perdonarse los unos a los otros gra- cias a la comprensión y respeto mutuo. Como patriarca familiar, el abuelo, viejo republicano autonomista, trataba de in- culcar que uno de los mayores errores de los políticos era confundir al adver- sario con el enemigo solo por pensar diferente. Nunca se cansaba de repe- tir la necesidad de desterrar los renco- res pasados para mostrar una actitud de concordia y perdón, único camino para construir una España habitada por gentes en paz. Palabras que personal- mente consideraba rancias y trasnocha- das, hoy las reconozco imprescindibles y necesarias. Futuro esperanzador Hay un proverbio árabe que dice: Lo pa- sado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo . Muy bien, pero, ¿qué me aguarda el futuro? Según algu- nos analistas, conforme aumenten las amenazas a la seguridad nacional, o se propaguen de manera peligrosa, los go- biernos verán necesaria la generalización de medidas severas. Muchos de los de- rechos y libertades podrían restringirse de forma drástica. Se patrocinarán po- líticas de vigilancia de bajo coste y alta tecnología. A las empresas, ansiosas de efectuar un sondeo de las preferencias y conductas de sus usuarios, les será im- posible resistirse a tales pautas. Los ciu- dadanos no tendrán más remedio que aceptar que hasta el último pormenor de sus vidas sea grabado. Lo acaecido es difícil de relegar, en especial si hemos sufrido fuertes emo- ciones, si bien creo que seremos capa- ces de convivir con ello, dejar de lado nuestros naufragios y mirar por el pre- sente y el porvenir. Lo pasado, pasado está, no podemos cambiarlo. Nada ga- namos con angustiarnos pensando en lo que podría haber sido y no fue; hay que aprender de los errores cometi- dos, esforzarnos para no volver a caer en ellos. Dejemos atrás el ayer, sigamos adelante. El mundo no se acaba aun- que tengas una mala época, al final se encuentra el modo de hacer que las co- sas marchen a nuestro aire. Lo venidero es futuro, hagámoslo esperanzador. S Olvidado pasado y futuro En lo pasado está la historia de lo futuro. Juan Donoso Cortés Antonio Ávila Chuliá Al final se encuentra el modo de hacer que las cosas marchen a nuestro aire. Lo venidero es futuro, hagámoslo esperanzador
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