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SEGURITECNIA Junio 2018 35 Seguridad Integral trás de los foros que se les mostrará y en las páginas por las que navegarán. Las contraseñas, la webcam o la infor- mación personal de estos jóvenes po- dría ser comprometida más que en nin- gún otro sitio virtual conocido. Asimismo, no olvidemos que la poli- cía está siempre detrás de estos conte- nidos y que, por tanto, usarán todas las herramientas a su alcance para saber quién vende, quién intercambia y, por supuesto, quién está accediendo de forma explícita a estos servicios. ¿Estamos seguros de que queremos abrir esa caja de pandora? Esa es la pre- gunta que muchos usuarios temerarios deberían hacerse. Usuarios que creen que controlan la situación, que pueden intentar entrar en la dark web para sim- plemente descargarse un manual para hackear dispositivos de su expareja o re- copilar información sobre cómo burlar a Hacienda. Los expertos en seguridad hemos visto aumentar y crecer el número de usuarios que se conectan y nave- gan por estos contenidos en los úl- timos tiempos. Miles de usuarios sin preparación, miles de vidas digitales que pueden ser seriamente compro- metidas. Esto es algo que no para de crecer y que, si no tomamos concien- cia de ello, podrá pasar factura y tener serias consecuencias en la vida real de estas personas. S sultar fácil, pero, por decirlo de algún modo, en salir ileso de ella es donde ra- dica la tremenda dificultad. Contenidos peligrosos Ya de por sí, como se ha comentado, la dark web presenta una cantidad ingente de contenidos peligrosos que debe- ría preocuparnos que parte de la socie- dad pueda intercambiar de forma im- pune. Además, también nos debe aler- tar el hecho de que personas movidas por la curiosidad o por cierta impruden- cia, como puede ser un colectivo de usuario de Internet muy joven o adoles- cente, podría penetrar en una red que no le dejará impasible. Delincuentes, es- tafadores y manipuladores
estarán de- oculto. Como la transferencia de da- tos es anónima y directa, al amparo de esta circunstancia se concentra un am- plio mercado negro donde el ciberde- lito está a la orden del día: tráfico de ar- mas, órganos, historiales médicos, dro- gas, pornografía, etc.
Si queremos contratar un sicario, aprender a fabricar una bomba casera o a enviar droga por correo, no tene- mos más que acudir a consultar en este inmenso repositorio de contenidos que se valen del anonimato y de la dificul- tad de rastreo para adoctrinar, divulgar o realizar todo tipo de actos delictivos, imprudentes o temerarios. La forma más utilizada para entrar en la deep web pasa por emplear un nave- gador específico, siendo TOR uno de los más populares y utilizados con este fin. Existe un directorio, denominado Hidden Wiki, que funciona como un ín- dice para acceder a estas páginas es- pecíficas y que los usuarios usan como guía de cabecera. Pero la pregunta sigue en el aire. ¿Po- demos acceder con facilidad a la dark web ? ¿Puede hacerlo, por ejemplo, un adolescente sin el debido control o se- guimiento parental? Tristemente, la res- puesta es sí, por supuesto. La parte más oscura de la web no presenta grandes dificultades para acceder a ella. En rea- lidad, podríamos decir que es relativa- mente sencillo y que se haya al alcance de cualquiera. Este es el verdadero pe- ligro que entraña, que entrar puede re-
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