Seguritecnia 465

SEGURITECNIA Junio 2019 79 Artículo Técnico La opción segura es hacerlo como los ingleses el pasado mes de octu- bre. Ante las dudas que les ha generado que sus ensayos a gran escala puedan no ser suficientemente aclaratorios so- bre el comportamiento de la solución constructiva frente al fuego, virar ha- cia el lado de la seguridad y ser estric- tos desde el punto de vista prescriptivo, yendo al riesgo cero. Esto les ha llevado a avanzar hacia una inminente reforma reglamentaria en la que no se aceptará que edificios de alto riesgo de cualquier altura (es- cuelas, hospitales, residencias, etc.) o más altos de 18 metros, ya sean nuevos o a rehabilitar, puedan instalar materia- les en las fachadas clasificados como combustibles. ¿Por qué España debe ser diferente? Aboguemos por una propuesta am- biciosa como la de Reino Unido en la inminente actualización del CTE, que además no deje de lado el hecho de que hay zonas de los edificios que, sin cumplir con los criterios de alto riesgo o altura (por ejemplo, los patios de lu- ces o interiores de manzana), deberían someterse a una exigencia más restric- tiva si cabe, ya que son zonas en que los equipos de intervención externa no siempre tienen un fácil acceso para eli- minar la propagación. Ante la duda sobre si conocemos realmente cómo se comporta una fa- chada ante un incendio y que a fecha de hoy el interior de las viviendas tie- nen una carga de fuego muy superior a las de hace años (por los materiales sin- téticos que llenan nuestros hogares), el uso de aislamiento no combustible en fachadas creará la diferencia entre “un incendio en un edificio” y un “edificio incendiado”. S seguro que no disminuye el riesgo de transmisión de un incendio. Además, en edificios antiguos, donde las es- caleras están estructuralmente liga- das a fachadas, pueden ser un riesgo adicional. Por otro lado, el regulador no siempre considera la totalidad de los puntos anteriores y debe admi- nistrar otro tipo de criterios de toma de decisión, como son los de carác- ter económico y sectorial. Ante eso, y su habitual respuesta de “ya sa- bemos que esto es muy complejo”, creemos que la única opción que nos queda es hacer labor de pro- selitismo sobre las consecuencias de los incendios en edificios. Y a falta de unos criterios de clasifica- ción prestacionales (ensayos a gran escala), la mejor opción es un CTE prescriptivo, pero del lado de la se- guridad, y por tanto restrictivo. Habría que dejarse de actualizaciones paliativas, de vuelo corto y nula ambi- ción e intentar acercarse a los países re- ferentes europeos. Y no quedarse espe- rando que las Directivas Europeas nos pongan en línea a todos. Hay varios motivos que apoyan mi ra- zonamiento: Europa trabaja en dos propuestas de directiva, una sobre toxicidad de hu- mos derivados de incendios y cómo re- gular el uso de los materiales que la ge- neran, y otra sobre la estandarización de ensayos a gran escala para analizar los riesgos de materiales y soluciones constructivas de forma realista. Poner en el centro del debate que el riesgo debe ir asociado mayoritaria- mente a una variable, la facilidad-difi- cultad de evacuación. Hay edificios de escasa altura y alto riesgo en los que la evacuación (por la tipología de ocupantes) puede ser altamente comprometida, como es el caso de escuelas, hospitales, residen- cias, etc. Estamos en un entorno de lucha con- tra el cambio climático y España dis- pone de un parque de edificios defi- nido como un sumidero de energía (ver introducción). El uso de materiales combustibles en fachada, de acuerdo al punto anterior, El uso de aislamiento no combustible en fachadas creará la diferencia entre “un incendio en un edificio” y un “edificio incendiado”

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