Seguritecnia 470

100 SEGURITECNIA Diciembre 2019 Opinión C uando las personas requie- ren información sobre cual- quier necesidad que les ace- che pueden acudir a las fuentes tradi- cionales de conocimiento, que por lo general son las que se basan en las ex- periencias de otros sobre asuntos si- milares a los que les inquietan. ¿Quién no ha preguntado a una persona de confianza acerca de una tienda, de un profesional, de un restaurante o de un destino de vacaciones? Y ¿quién no ha recibido ingentes explicaciones y acla- raciones de los demandados, creán- dose en numerosas ocasiones acalo- rados debates sobre cuál es la mejor opción, apoyando cada contertulio su posición con frases del tipo “cuando a mi padre se le rompió la tibia le trata- ron de cine” o “cuando el coche de mi cuñado se paraba un día sí y otro no, ese mecánico dio con la solución en diez minutos, mientras ningún taller ofi- cial fue capaz de encontrar la avería” o “cuando celebramos las bodas de plata, nos dieron de comer mejor que en un tres estrellas Michelin y a muy buen precio” o “cuando tuvimos problemas con la herencia del tío Julián, nos solu- cionó todo en dos semanas y no tuvi- mos que ir a juicio”? Así funciona nuestra sociedad. Fa- miliares y amigos acudirán siempre en nuestro socorro en base a las múlti- ples experiencias que ellos o sus cono- cidos hayan padecido o disfrutado. Es- tos comportamientos, a nivel perso- nal o laboral, hacen que el mercado se autorregule, favoreciendo a aquellos que desempeñan su cometido de una forma satisfactoria y castigando a aque- llos que trabajan de manera deficitaria y, sobre todo, no son capaces de apren- der de sus errores. Las nuevas formas de comunicación que han favorecido tecnologías como Internet o las redes sociales han permi- tido pasar de un sistema local de auto- rregulación a otro de cobertura global. Un comentario sobre un restaurante, bueno o malo, permanecerá en el cibe- respacio a disposición de cualquier de- mandante de información incluso des- pués de que éste haya cerrado. Toda esa información, que en teoría favo- rece a los buenos y perjudica a los ma- los, acaba por condicionar el compor- tamiento de los clientes finales. Es un buen sistema, lo demuestran todos los intentos de distorsión y manipulación de oportunistas malintencionados. Autorregulación y PCI Este sistema es de aplicación a casi to- dos los sectores, incluso a algunas áreas de la seguridad. Siempre nos podrán contar que “cuando le intentaron robar, la alarma funcionó” o “cuando se cayó de la moto, ese casco le salvó la vida”; todo el mundo conoce a alguien que ha estado en alguna de esas situacio- nes. Pero, cuando entramos en la segu- ridad contra incendios, es difícil encon- trar conocidos que nos digan “cuando se me quemó la casa…”. Los incendios, gracias a Dios, no ocurren con tanta fre- cuencia como otros accidentes y eso hace que el feedback que reciben los profesionales del sector sobre la cali- dad del trabajo que han realizado sea mínima. La mayoría de las instalaciones de protección contra incendios no ten- drán que funcionar nunca y, por consi- guiente, nunca tendremos una confir- mación de que el diseño, el montaje y el mantenimiento de la misma sean efi- caces. Además, si esperamos hasta el día del incendio para comprobar su efi- cacia, tendremos que jugarnos el patri- monio a cara o cruz. Si falla, no habrá margen para reparar los errores come- tidos. La deseada autorregulación del mercado en el sector de la protección contra incendios no funciona. Está claro que, si preguntamos por el barrio, lo más que nos van a comentar son cosas del tipo: “el primo de la mu- jer del portero, que es bombero, le dijo Jon Michelena / Director general de Cepreven La profesionalidad es la clave

RkJQdWJsaXNoZXIy MzA3NDY=