Seguritecnia 474

44 SEGURITECNIA Abril 2020 Lucha contra el Covid-19 por no haber valorado suficientemente la amenaza y, en consecuencia, no ha- ber previsto la actuación coordinada de todo el sector. En definitiva, no po- demos limitarnos a considerar única- mente el problema derivado de un ata- que deliberado, porque la protección de las infraestructuras o redes que dan soporte a los servicios esenciales no tiene más finalidad que asegurar su continuidad , sea cual sea la causa de la perturbación . Planificación Dada la complejidad de nuestro sis- tema administrativo, que dificulta, en la práctica, actuar con la agilidad y uni- dad de acción que requiere la gestión de una crisis, resulta muy conveniente prever mecanismos para coordinar la actuación de todos los órganos poten- cialmente implicados. Porque, cuando la perturbación surge por circunstan- cias distintas a una agresión deliberada o deban adoptarse decisiones técnicas específicas, es posible que no se cuente con el liderazgo del Ministerio del Inte- rior para generar la respuesta y deban ser otros órganos menos operativos los responsables de garantizar la continui- dad de los servicios. de peligros tales como ataques inten- cionados o catástrofes naturales, pero con el terrorismo como prioridad. Sin embargo, la Ley PIC, que transpone la Directiva PIC a nuestro ordenamiento jurídico, establece expresamente que las actuaciones necesarias para optimizar la seguridad de las infraestructuras se en- marcan principalmente en el ámbito de la protección contra agresiones deliberadas y, muy especialmente, contra ataques te- rroristas, resultando por ello lideradas por el Ministerio del Interior. No obstante, re- conoce que la seguridad de las infraes- tructuras críticas exige contemplar ac- tuaciones que vayan más allá de la mera protección material contra posibles agre- siones o ataques, aunque solo sea para implicar a otros órganos de la Administra- ción General del Estado, de las demás ad- ministraciones públicas, de otros organis- mos públicos y del sector privado. En España, la crisis del COVID-19 ha puesto de manifiesto cómo el desafío de una pandemia (no sabemos si origi- nada por causas naturales, accidenta- les o deliberadas), ya previsto en nues- tra Estrategia Nacional de Seguridad, ha llevado a un servicio esencial de pri- mer orden como es la salud hasta el co- lapso en muchas fases de su evolución estos trabajos de identificación, que es de suponer alcancen la suficiente am- plitud y profundidad. En cualquier caso, la actual crisis sa- nitaria ha puesto de manifiesto la di- ficultad para discriminar lo esencial de lo accesorio, porque en una situa- ción de crisis global (afecta a todo el mundo y a todas las actividades) nada parece secundario. Así el Real Decreto 463/2020, por el que se declara el es- tado de alarma ocasionada por el CO- VID-19, contemplaba una serie de limi- taciones generales para hacer frente a la pandemia e iba matizando, vía ex- cepciones, las actividades que se consi- deraban esenciales y, en consecuencia, no sujetas a las limitaciones. Sucesiva- mente, los Decretos que desarrollaban el original, formulaban nuevas matiza- ciones. Es decir, la idea de servicio esencial y su identificación concreta debe par- tir de un concepto general para situa- ciones de normalidad y ser capaz de adaptarse a las situaciones cambian- tes de cada tipo de crisis , que obliga- rán a contemplar diferentes necesida- des y a tener en cuenta los servicios que ineludiblemente deben mante- nerse para cubrirlas. Amenazas a considerar Esta fue una de las cuestiones más am- pliamente debatidas en el Libro Verde que sirvió de base para la elaboración del Programa Europeo para la Protec- ción de Infraestructuras Críticas (PEPIC). Se trataba de dilucidar el tipo de ame- naza al que se debería prestar atención, ofreciendo tres alternativas: (a) un plan- teamiento global frente a todos los pe- ligros, (b) un planteamiento global con prioridad sobre el terrorismo y (c) un planteamiento centrado en la amenaza del terrorismo. Finalmente, se estableció que la pro- tección de las infraestructuras críticas ha de basarse en un enfoque global que tenga en cuenta todos los peli- gros, sin que ello suponga dejar de re- conocer que la amenaza del terrorismo es una prioridad. Es decir, un plantea- miento flexible que atienda a otro tipo

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