Seguritecnia 475
18 SEGURITECNIA Mayo 2020 Tribuna de opinión cordando periódicamente con el mayor respeto posible). Si bien es cierto que to- dos coincidíamos en preservar nuestras actividades y servicios propios y que no siguieran desapareciendo con destino a otros sectores, como ya empezó a pasar con la consultoría, el debate al respecto del intento de desregular el transporte de fondos no se pudo concluir de forma satisfactoria para todos. La falta de unidad provoca siem- pre una percepción de debilidad, que suele ser aprovechada antes o des- pués. Si bien en aquel momento todo quedó “en tablas”, sí se apreció un ma- lestar evidente dentro de los miem- bros del Observatorio Sectorial de la Seguridad Privada por no haber sido capaces de dejar zanjado el tema y dar una imagen sectorial más consolidada. Antes o después sabíamos que vol- vería el ataque. Pensábamos que nos vendría por la parte de la tecnolo- gía de seguridad frente a la privaci- dad (control de temperatura/recono- cimiento facial…). No ha ido por ahí, de momento, pero démosle tiempo. Lo que es curioso es que se pase por el embudo a cualquier innovación tecno- lógica en beneficio del interés gene- ral y que el hecho, más que conocido, de que una persona con una tarjeta de pago y un móvil sea totalmente ac- cesible para que otro pueda saber casi al minuto qué ha hecho y dónde a lo largo del día, y siga sin ser un motivo de reflexión para el legislador homolo- gado al respecto. Pues sí, de nuevo el ataque ha sido a vueltas con el tema del efectivo, una obsesión que ya empieza a molestar. Y aunque a nadie se le pueda ocu- innumerables muestras de solidaridad, el apoyo a los afectados y el trabajo ab- negado de muchas personas para mi- nimizar los impactos de esta crisis, sin ningún tipo de distinción social (que no todo tiene que ser darnos latigazos). Porque el ciudadano de a pie en este país ha demostrado que puede y sabe convertirse en héroe de un día para otro cuando se le da un motivo que valga la pena, y sin perder el anonimato. Lejos de seguir vigilando el creci- miento de los grandes monopolios para que no reduzcan la competencia, pa- rece que desde que se inició la expan- sión del COVID-19 hemos mirado para otro lado. ¿Por qué? Amazon ha contra- tado durante esta crisis a más de 100.000 trabajadores y Netflix ha hecho lo pro- pio, dado que ha incrementado 16 millo- nes de nuevos suscriptores. Los mensaje- ros de Glovo transportaron rosas y libros el día de San Jorge, y Cabify se pasa a la paquetería hasta que esto amaine. Lejos de convertirse en plañideras la- mentándose sin más del maldito virus, han utilizado ese tiempo, con un gran esfuerzo y asumiendo riesgos, en re- invertar o reorientar sus negocios pro- visionalmente de manera que tanto la facturación como el nivel de empleo sufriera lo mínimo posible. Pero no vale todo cuando el fin no justifica los medios, que suele ser casi siempre. Especialmente cuando ni tan siquiera conlleva las eximentes venta- jas en el mantenimiento o la genera- ción de empleo de los ejemplos que veíamos anteriormente. Y sobre todo cuando los daños colaterales que gene- ran determinadas actuaciones eran fá- cilmente predecibles. Ataque al efectivo No hace mucho intentamos, dentro del sector, redactar un documento de re- comendaciones y observaciones al res- pecto del contenido del borrador de desarrollo reglamentario de nuestra nueva Ley de Seguridad Privada (que, por cierto, sigue pendiente con unos cuantos años de demora y no porque se nos haya olvidado o no lo estemos re- El efectivo es el único medio público de pago, porque sin él, lo que quedarían son sistemas de pago totalmente privatizados y en manos de grandes empresas
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