Seguritecnia 477
20 SEGURITECNIA Julio-Agosto 2020 Protección contra incendios N os ha tocado vivir una situa- ción que considerábamos propia de otras épocas, o al menos, en nuestra soberbia de occiden- tales avanzados, de otras latitudes. Pero día a día, vimos cómo aquello que es- taba pasando en la lejana China –confi- namientos, hospitales exprés, contagios y muertes–, se iba acercando sin por ello preocuparnos demasiado. “Eso no puede pasar en Europa”. Pero pasó: llegó, explotó y nos pilló a todos con la guardia bajada. Nos vimos obligados a crear hos- pitales exprés, a confinarnos, llegaron los contagios y las muertes, el desconcierto, el miedo y la incertidumbre. Y lo peor de todo, todavía no se ha ido. Ahora vivimos en la “nueva norma- lidad”, expresión que alguien inventó, supongo que con buenas intenciones, para convencernos de que tampoco es tan grave. Yo soy más partidario de una “nueva realidad”, porque es lo que nos toca vivir y nadie puede cuestionar que lo que ocurre es real. Es real, pero no es normal. No es normal vivir con masca- rilla, no es normal no poder abrazar a los amigos, no es normal el miedo en los ojos de la gente con la que te cruzas por la calle, en un portal o a la puerta de un ascensor. No es normal, pero es lo que hay, y dentro de esta nueva vida que sobrellevamos a regañadientes, de- bemos continuar con nuestras activida- des, debemos reactivar la economía, sin dejar atrás la prevención. Que no ocurra No debería ser muy difícil hacer pre- vención en estos momentos en los que toda la sociedad ha sentido en sus car- nes los efectos de la falta de la misma. Es lo que indica el sentido común. “Ahora que sabes lo que pasa, haz algo para que no te vuelva a pasar”, pero ya sabemos que el sentido común no es el más común de los sentidos. Segui- mos pensando que, como los incendios o los accidentes, son cosas que pasan a los demás y bajamos la guardia hasta lí- mites insospechados, como si aquí no hubiese pasado nada, o para ser más precisos, como si aquí no estuviese pa- sando nada. A veces resulta duro tra- bajar en prevención. Es muy difícil va- lorar aquello que no existe, y eso es lo que ansiamos todos los prevencionis- tas, que no ocurran incendios, que no sucedan accidentes, que no se transmi- tan enfermedades. Cuando se sufre algún percance, su comunicación es inmediata, y el al- cance de ésta será proporcional a la magnitud de la catástrofe. Un pequeño accidente laboral será la comidilla en- tre los trabajadores y familiares, un gran incendio formará parte de las porta- das de todos los medios informativos de la zona en la que acaece y será refle- jado en prensa y noticieros de todo el mundo. Sin embargo, nunca será noti- cia un incendio que no ocurre o un co- nato controlado eficazmente en las pri- Jon Michelena Muguerza Director General de Cepreven Continuar la actividad sin descuidar la prevención
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