Seguritecnia 477
SEGURITECNIA Julio-Agosto 2020 21 Protección contra incendios meras fases de su desarrollo, o un tra- bajador que sale a su hora de la fábrica sin que haya perdido un brazo. Solo nos quedan las estadísticas para valorar los resultados de nuestro trabajo. Pero las estadísticas son muy frías y están muy alejadas de la sociedad. Sa- bremos que en determinado plazo de tiempo habrán muerto, por ejemplo, 20 personas en relación con otro pe- riodo de comparación; pero pretender que hemos evitado 20 muertes gracias a las acciones preventivas tomadas es, a todas luces, un exceso de optimismo. Existen muchos factores que influyen en la ecuación, además de la preven- ción y la concienciación, que por lo ge- neral salen a la palestra cuando los re- sultados estadísticos son malos. Aun así, es la única métrica que puede reflejar la efectividad de nuestro trabajo, ade- más del efímero pensamiento de “me- nos mal que llevaba casco”, que se ge- nera momentáneamente en el cerebro cuando un ladrillo impacta en el casco de un trabajador. Hacer prevención En este contexto de nueva realidad nor- malizada, tenemos que seguir haciendo prevención. Las consecuencias directas del COVID-19 para la actividad econó- mica han sido muy duras, pero puede que lo peor esté por llegar. La recesión a la que nos ha llevado y la incertidum- bre sobre la duración de la pandemia y de sus posibles rebrotes en un futuro están haciendo mella en la planificación de nuevas inversiones en las empresas. En tiempos de dificultad prima la pro- ducción, y no son muchas las empresas que ven productividad en las medidas de prevención contra incendios, sean instalaciones o sean acciones de forma- ción y concienciación tendentes a forta- lecer las actitudes preventivas. Es cierto que la inversión en maqui- naria de última generación para de- terminado proceso mejora sustancial- mente y de inmediato la productividad de una línea de trabajo. Todas las má- quinas modernas incluyen elementos de protección para los riesgos que ge- neran a sus usuarios y, por lo general, el sobrecoste generado por estas medi- das es bien aceptado por el comprador. Las instalaciones de protección contra incendios, aunque no vayan incorpora- das en la máquina, cumplen la misma función de proteger a los usuarios, ade- más de proteger a la maquinaria y el propio edificio que la contiene. Enton- ces, ¿por qué en demasiadas ocasiones se ve como un gasto y no como una in- versión? ¿Dónde está la productividad de una factoría incendiada? A lo largo de mi carrera profesional he visto estudios que justificaban la no existencia de medidas de seguridad contra incendios retorciendo la legisla- ción hasta extremos insospechados, lle- gando en muchas ocasiones a trampas reglamentarias sin pudor alguno. En la mayoría de las ocasiones, tras manifes- tar el error cometido, he escuchado ex- presiones del tipo: “si pongo todo eso el negocio ya no es rentable”. Es la rea- lidad con la que convivimos, pero, si la rentabilidad de nuestro negocio de- pende de si ponemos o no sistemas de protección contra incendios, debería- mos replantearnos el modelo de nego- cio desde el principio. Espero que esta crisis sea distinta a la anterior, aunque la situación de par- tida no es buena. En los próximos días sabremos qué pasará con los prometi- dos fondos europeos. Sean como sean, serán bienvenidos, asumiremos el dé- ficit que no cubran y, antes o después, los liquidaremos. Vienen tiempos difíci- les, pero con una actitud positiva y arri- mando el hombro entre todos conse- guiremos reducir su duración e iniciar la senda del crecimiento. Supongo y deseo que cuando esté leyendo estas líneas el escenario haya mejorado, hayamos recuperado esa confianza necesaria para, más pronto que tarde, superar esta situación, que hace un año hubiésemos tildado de ciencia ficción.
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