Seguritecnia 477

SEGURITECNIA Julio-Agosto 2020 29 Protección contra incendios tema de detección y alarma no ha- bíamos realizado esta prueba, y creíamos que estas actuaciones funcionaban correctamente”. Igualmente, en este análisis de per- cepciones es fundamental distinguir entre los sistemas de protección ac- tiva que sirven para proteger a los usuarios y los que sirven para prote- ger inmuebles o bienes. Es decir, el usuario en general percibe la protec- ción contra incendios a través de un sistema de detección y alarma o de un extintor manual mucho antes que a través de un sistema de extinción automático mediante un agente ga- seoso, por ejemplo. El motivo es que los primeros son con los que más fre- cuencia interactúa o atiende y, por tanto, los que habitualmente más co- noce o “sufre”, según se analice. Mejora de la confianza ¿Como podríamos cambiar estas per- cepciones y mejorar la confianza de los usuarios? La respuesta es sencilla: asegurándonos de que la protección activa cumpla su finalidad y el usua- rio confíe en los sistemas. Para ello hemos de garantizar que desde el di- seño hasta la intervención, pasando por la instalación y el mantenimiento, se realice con criterio y con una visión de conjunto. Es decir, asegurarnos, por ejemplo, de no solo garantizar la actuación propia del sistema que ins- talemos, sino también de que el resto de actuaciones y maniobras que se derivan de este a otros sistemas que- dan también identificadas. Así se ase- gurará que la protección activa sea eficaz y, por tanto, que el usuario lo identifique como tal. Es evidente que nuestra respon- sabilidad no puede ni debe asumir aquellas que no nos competen. Pero también es evidente que nuestro tra- bajo no tendrá sentido si el sistema no cumple finalmente su cometido y el usuario no confía en él. ¿Y qué pasos debemos dar para re- conducir esta situación? Lo primero de todo, otorgar el valor que merece a nuestro trabajo y la importancia que se requiere a nuestra profesión. Debe- mos ser exigentes con nosotros mis- mos y con lo que hacemos no solo cumpliendo una prescripción o una normativa al diseñar, instalar o man- tener los sistemas, sino también es- tar convencidos y convencer al usua- rio de que lo que hemos diseñado, instalado o mantenemos cumple real- mente su cometido. El presente, que ya no el futuro, nos hace cada vez más exigentes en la in- formación y la comunicación. Quere- mos una explicación, un análisis e in- cluso un informe de forma inmediata; y si no lo tenemos, dejamos de con- fiar o buscamos una alternativa para obtenerlo. Nuestra actividad y nues- tros sistemas deben ser capaces de tender a esto con urgencia. Si no so- mos capaces de atender a lo que la sociedad nos demanda, nuestros sis- temas dejarán de ser entendidos y se- rán cada vez menos valorados. Tenemos mucho trabajo por de- lante, y también la suerte de ejercer una profesión de gran utilidad y res- ponsabilidad social. Todo nuestro es- fuerzo debe encaminarse a conseguir, por tanto, estos retos y objetivos. Las inversiones que se realizan en seguridad contra incendios a menudo no son vistas como tales por las empresas

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