Seguritecnia 477

38 SEGURITECNIA Julio-Agosto 2020 Protección contra incendios los sistemas generan innumerables di- ficultades sin una clara responsabilidad sobre la integridad del sistema y, lo que es peor, con un alto riesgo en caso de una alarma real. Es preciso determinar la compatibili- dad e integridad de cada componente e incluirlo en un certificado extendido por un laboratorio acreditado. No solo porque lo exige el reglamento que sea de aplicación (el RIPCI), sino porque so- mos (fabricantes, ingenierías e instala- dores) responsables de aplicar sistemas que protejan a nuestros clientes y sus negocios con toda seguridad. Comunicación de la alarma Pa r a l a ge s t i ón de l p l an de autoprotección, tan importante resulta la fiabilidad y anticipación de la detección como la transmisión de la alarma. Con- tamos con sistemas de alarma, acústi- cos y visuales o por voz. Podemos incor- porar cierta inteligencia con la incorpo- ración de la gestión horaria y podemos ser muy selectivos cuando configuramos el sistema estructurando una secuencia de activación que permita organizar la evacuación. Ninguna de estas soluciones por si misma resuelve todo tipo de con- tingencia. Su finalidad es comunicar de una situación de peligro a los ocupantes y proveerles de indicaciones que permi- tan actuar con calma y ponerse a salvo en el menor tiempo posible. cuando todos estos elementos se unen en un único sistema tal vez en red, se- guramente integrado a un BMS o con la responsabilidad de gestionar innume- rables procesos de control tanto en la gestión de alarma y evacuación como en la gestión de los fallos o de los pro- cesos de mantenimiento. El mejor sistema puede resultar inefi- caz y por supuesto un enorme riesgo si no se describe un método que es- tablezca la compatibilidad de cada una de las partes, la prioridad en su re- puesta con relación a otros elementos o su comportamiento en caso de fallo, también con el resto del sistema. Para ello, los fabricantes deben apo- yarse en los requerimientos de la EN54- 13 y establecer claramente los tipos y los límites. Esta declaración determina que elementos y con qué dimensión los elementos rendirán sin limitar la segu- ridad ni la estabilidad del sistema. Res- pondiendo o actuando dentro de unos tiempos operativos mínimos y respe- tando los criterios de seguridad en caso de fallo acordes con su tipo y las reglas de tolerancia a fallos y supervisión habi- tuales para los sistemas de detección y alarmad de incendio. Podemos fácilmente cometer el error de dar por supuesta la compatibilidad de sistemas; sin embargo, la impresio- nante oferta de componentes de dife- rentes fabricantes o la complejidad de Las centrales han ido incorporando algunos mecanismo o algoritmos de ajuste que permiten adecuar la res- puesta a las condiciones de la instala- ción. Condiciones de coincidencia o cooperación. En cualquiera de los ca- sos se procura incrementar la fiabili- dad y, cuando es posible, anticipar la respuesta en función del comporta- miento de otros sensores instalados en el mismo entorno. No es posible definir cuál es la mejor tecnología, lo más probable es que una combinación de ellas sea la solución óp- tima. Sea cual sea la solución a aplicar, es evidente que exigirá de sistemas de mayor capacidad de procesamiento de datos con un coste adicional. En estas condiciones es muy pro- bable que los sistemas de tipología convencional desaparezcan del mer- cado, como ya lo han hecho en algunos mercados. Estos no ofrecen precisión alguna y no permiten un tratamiento posterior de la información. Las diferen- cias de costes entre sistemas no justifi- carán su existencia, más si se precisa la integración con sistemas externos. Compatibilidad e integridad La proliferación de soluciones que se pueden interrelacionar o conectar crece constantemente. La complejidad de los sistemas que se integran requiere au- tomatización de los procesos y ges- tión del flujo de datos. Es fácil compren- der que, en algunas ocasiones, los ele- mentos integrados serán suministrados por diferentes proveedores o fabrican- tes, pudiéndose generar ciertos conflic- tos de compatibilidad. Podríamos supo- ner que esto no sucederá cuando el fa- bricante del producto es el mismo, sin embargo, los certificados de aproba- ción particulares para cada producto no establecen ensayo alguno que verifique la consistencia de un sistema que debe ser eficaz en su conjunto. El aplicador del sistema en estas cir- cunstancias puede encontrarse con di- ficultades al asumir en primera per- sona la compatibilidad de las diferentes partes en el sistema; pero, sobre todo, puede encontrarse en un serio aprieto

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