Seguritecnia 478

SEGURITECNIA Septiembre 2020 65 Control y gestión de alarmas 1980, “Conferencia quinta”, en La ver- dad y las formas jurídicas ). Hoy en día, los gobiernos están in- terviniendo mayormente en las CRA porque consideran que es una herra- mienta de recolección, intercambio y análisis de datos para brindar respues- tas urgentes en el contexto de las lla- madas smart city . Al Estado le resulta posible llevar adelante esta política de control y de seguridad debido a que la sociedad puede estar y sentirse más segura en un entorno protegido como son las CRA, y de esta manera, lograr la detención temprana de inci- dentes y así mejorar la eficiencia del servicio de seguridad. El gobierno, en el intento de que- rer brindar una solución al tema de la inseguridad, entra en juego con las CRA. Y lo hace desde un lugar in- tervencionista, costoso, tecnológico e innovador. Un claro ejemplo es el Centro de Monitoreo Urbano, insta- lado en la ciudad de Buenos Aires (Argentina). Gubernamentalidad La idea de gubernamentalidad (Fou- cault lo plantea como el conjunto constituido por las instituciones, pro- cedimientos, análisis, reflexiones, cál- culos y tácticas que permiten ejer- cer esa forma bien específica, aun- que muy compleja, de poder que tiene por blanco principal la pobla- ción, por forma mayor de saber la economía política y por instrumento técnico esencial los dispositivos de seguridad) está dada en función de la posibilidad de gobernar la socie- dad por quienes tienen el poder. De- leuze, ya en 1990, hablaba de las so- ciedades disciplinarias y sociedades de control, esas que se encuentran inmersas en mecanismos de control y que se superponen con la modali- dad disciplinaria. En la actualidad tenemos que tanto empresas privadas y Estado son los vi- gilantes del Panóptico de las ciuda- des, poniendo a su disposición diver- sas herramientas para la visualización y vigilancia, con el afán de colaborar con la seguridad. ¿Qué sucedería si el monitoreo tradicional de las CRA, con la inserción del human monitoring en el negocio, produce un cambio? ¿Es un nuevo monitoreo, totalmente dis- tinto al conocido? En el mundo hay tantas líneas ce- lulares como habitantes, más de 7.000 millones. Hay que pensar en la domótica, en el Internet de las Co- sas, en la conexión permanente a la CRA. Las empresas deben ser capa- ces de despojarse de modelos duros, de mandatos instalados del “como debe ser, porque siempre fue así”; y el Gobierno tiene que poder hacerle frente. La gente ya no quiere com- prar alarmas o cámaras, ni le inte- resa escuchar sobre ello. Las familias quieren escuchar propuestas de cer- canía, longevidad, presencia, bienes- tar. Se debe apuntar a servicios que no vayan sobre ese pequeño porcen- taje de potenciales usuarios que el segmento tiene hoy. Si nosotros no pensáramos que necesitamos estar seguros en la so- ciedad que vivimos no existirían las CRA. Su existencia depende de que haya una necesidad por parte de los individuos. Un servicio que nos pro- tege no solo dentro de nuestros ho- gares o en nuestro automóvil, y que ya no alcanza. Las tragedias ocurren en todo lugar y a toda hora. El 15 o 20 por ciento de la población más pudiente de cada país ya es un mer- cado muy pequeño para la cantidad de prestadoras de servicio. Es nece- sario agrandar el pastel, y esto se lo- gra generando muchos más varia- dos niveles de servicios, con costos ajustados a las posibilidades de cada segmento. El gobierno, en el intento de querer brindar una solución al tema de la inseguridad, entra en juego con las CRA

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