Seguritecnia 489
/ Septiembre 2021 20 Control y gestión de alarmas una falta de sensibilización a las conse- cuencias de generar falsas alarmas, una carencia de interés o la imposibilidad económica para actualizar sistemas an- tiguos obsoletos, un inadecuado mante- nimiento de su entorno, etc. Recientemente hemos publicado un díptico para que los instaladores se lo entreguen a los clientes con 20 conse- jos para reducir las falsas alarmas , que también hemos colgado en nuestra web. No obstante, un cambio legislativo ayudaría a reducir drásticamente el pro- blema. En el artículo que publiqué en septiembre de 2020 en Seguritecnia (nú- mero 478) elaboraba esta idea: dar co- bertura legal a las CRA para que acome- tan una labor de control en la detección y actuación inmediata de los casos de reiteración, requiriendo al usuario que investigue y corte las causas; y de no hacerlo, cesar el servicio, bien parcial y temporalmente en los avisos a las Fuer- zas y Cuerpos de Seguridad del Estado [FCSE] o definitivamente si se mantiene la reiteración. Sería una medida en la lí- nea del artículo 50 del Reglamento que tan pocas veces vemos aplicarse. Hablo de una sensibilización de los usuarios incentivada legalmente que les lance este mensaje: “Pon atención a lo que debes hacer para evitar falsas alarmas, porque si las produces dejarás de obtener el apoyo de la seguridad pri- vada en lo que respecta a movilizar a la pública”. El usuario tiene que concienciarse de que ha de colaborar, y de que no hacer- lo le traerá consecuencias; pero no mul- tas, sino dejar de disfrutar del servicio. De esta manera dejaríamos fuera a los establecimientos obligados que, por otra parte, no son quienes más falsas alar- mas producen y son minoría respecto a los 2,5 millones de establecimientos y vi- viendas que aproximadamente debe de haber conectados voluntariamente. Otro elemento fundamental a la hora de gestionar las alarmas es la insta- lación. ¿A qué problemas se enfren- tan los instaladores en la actualidad? ¿Qué mejoras se deben implementar en este sentido? Destacaría las excesivas exigencias le- gales documentales que hay en torno a la actividad de instalar y mantener sis- temas de alarma. Así como el agravio comparativo entre las pymes instalado- ras y las reconocidas grandes compa- ñías de venta masiva de alarmas tipo kit, donde la vara de medir en cuanto a exigencia para cumplir requerimientos parece aplicarse de manera diferente. La Ley de Seguridad Privada de 2014 todavía no cuenta con un Reglamento de desarrollo. ¿Hasta qué punto la falta de un Reglamento de Seguridad Priva- da actualizado afecta a la actividad de las CRA? Su falta genera incertidumbre y man- tiene anacronismos. Es ilógico estar trabajando con una Ley de 2014 y un Reglamento 20 años anterior. Cuesta trabajo entender cómo siete años des- pués de la publicación de la Ley, y me temo que pasarán más, seguimos con esta irregularidad simplemente por una falta de voluntad política para resolver la situación. Hay múltiples ejemplos de aspectos que en pleno siglo XXI deberían supri- mirse, como la obligación de llevar todo tipo de libros de control con diligenciado previo que deberían sustituirse por re- gistros digitales; el excesivo número de mantenimientos que han de realizarse a sistemas que ya se supervisan en tiem- po real (ni a las instalaciones del gas se las exigen tantas revisiones anuales); las indefiniciones que producen inseguri- dad jurídica, como por ejemplo qué se considera retraso excesivo al tramitar una alarma; o la chocante ausencia de requisitos de autoprotección frente a ci- berataques. El Ministerio del Interior amplió, hace cerca de un año, el plazo de adapta- ción de las medidas de seguridad elec- trónica y los sistemas de alarmas en el ámbito de la seguridad privada hasta el 31 de diciembre de 2023. ¿Qué opi- nión tiene al respecto? No comparto la medida. Se tomó para ayudar a unos pocos usuarios que, des- pués de un plazo de adecuación de 10 años, aun no habían adaptado a grado su sistema de alarma. Es decir, se ayudó a quienes dejaron los deberes para el último día, perjudicando a muchas em- presas instaladoras para las que estas adaptaciones hubiesen sido un espalda- razo para superar una situación econó- mica complicada. Además, mantener la fecha previs- ta hubiese ayudado con el empleo. Y se perjudicó también a las CRA y a las FCSE, ya que en nada ayuda a reducir las falsas alarmas estirar la vida útil de un parque de sistemas viejos mucho más susceptibles de provocarlas. “En nada ayuda a reducir las falsas alarmas estirar la vida útil de un parque de sistemas viejos mucho más susceptibles de provocarlas”
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