Seguritecnia 494

Editorial “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) / Marzo-Abril 2022 5 Fumata, pero no blanca, para el nuevo Reglamento L a Comisión de Interior del Congreso de los Diputados debatió, el 24 de marzo, una proposición no de ley presentada por el Grupo Parlamentario de Ciudadanos para la aprobación de un nuevo Re- glamento de Seguridad Privada. La propuesta recogía las demandas del sector en cuanto a la ne- cesidad de contar, cuanto antes, con dicha norma, pero el desarrollo del debate pone de manifiesto desgra- ciadamente la situación de estancamiento que existe al respecto: pese a que los diferentes grupos políticos coinciden en la conveniencia de aprobar un nuevo reglamento adaptado a la realidad actual de la seguridad privada, no dejan de esgrimirse razones para que esto no suceda pronto, de forma que, aunque hay acuerdo sobre la importancia de la norma, no lo hay tanto a la hora de concretar cuándo debe ver la luz. La principal razón esgrimida es que el nuevo reglamento debería desarrollar también la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, cuya modificación se tramita actualmente en el Congreso. Siendo esto cierto, no lo es menos que esta ley, por su propia naturaleza, tiene una incidencia menor en el ámbito de la seguridad privada dado que ésta cuenta con su propio marco legal, precisamente el que precisa desarrollarse reglamentariamente para lograr su completa aplicación. La realidad es que un sector de la importancia estratégica del de la seguridad privada se rige por una ley de 2014 y un reglamento de 1994, incapaz de encauzar las previsiones de la ley. Los propios grupos políticos ha- cen referencia a la cuestión de las relaciones entre las empresas y la Administración, secuestradas aún por el papel en la era de la informática. Toman nota también de la necesidad de contar con todos los agentes, sindica- tos y organizaciones empresariales interesados en el tema, para conseguir una mejor regulación. Incluso alguno menciona también ¡por fin! a los numerosos clientes que reciben este servicio. Pero la cuestión no es cuándo ni para quién, sino qué y cómo. El cuándo no merece mayor análisis: YA (al- guien debería explicar por qué la publicación del reglamento no se abordó en 2014, si el borrador estaba ya listo, por cierto, con un 84% de coincidencia con las propuestas elaboradas en el III Congreso Nacional de Se- guridad Privada). Tampoco el para quién debe ser un problema, con la salvedad de que no afecta sólo a organi- zaciones y sindicatos (por más que un sector que consume mano de obra intensivamente sea una poderosa ra- zón), sino a la organización de la seguridad nacional, muy por encima de los intereses particulares. Respecto al qué y cómo, en SEGURITECNIA creemos que ha llegado el momento de replantearse algunos con- ceptos básicos, empezando por el contenido mismo de la seguridad privada. La obsesión de la Administración por centrarse en las empresas prestadoras y su personal, ha estrechado el campo de juego tanto que cuando aparecieron nuevas amenazas y nuevas soluciones, no cabían en él. La ciberseguridad es un claro ejemplo de esta distracción. El Ministerio del Interior debería agudizar su visión estratégica y valorar la conveniencia de aco- meter una legislación “ex novo” capaz de armonizar el bloque normativo de la seguridad. Pero seamos realistas: lo mejor casi siempre es enemigo de lo bueno y no es el mejor momento para aunar sensibilidades políticas; simplemente, debería tomarse nota de esta necesidad. Bastaría ahora con retomar el texto reglamentario conocido y sometido a información pública en 2018, pulir sus excesos, identificados clara- mente en aquel proceso, y alumbrar una norma que permitiera aprovechar las potencialidades de la Ley 5/2014 para completar eficazmente la regulación de un sector, estratégico sin lugar a dudas, que necesita mayor aten- ción para exprimir su capacidad de contribución a la seguridad nacional. Todos saldríamos ganando.

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