Seguritecnia 496
/ Julio-Agosto 2022 84 1991 En defensa del sector: propuestas para la Ley de Seguridad Privada Para festejar su primera década de vida, Seguritecnia convocó a más de 300 profesionales y personalidades de la seguridad pública y privada en el madrileño Hotel Mindanao. Junto a la bandera española se exhibió la fotografía dedicada afectuosamente por el Rey Juan Carlos I a la revista con motivo de tan especial conme- moración. Un año antes de la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelo- na, tuvo lugar un seminario sobre seguridad olímpica en Ávila. En la fotografía, de izquierda a derecha: Pasqual Maragall, alcalde de la Ciu- dad Condal; José María Rodríguez Colorado, director general de la Poli- cía; y Ferran Cardenal, delegado del Gobierno en Cataluña. Durante estos 35 años, Seguritecnia ha viajado con asiduidad fuera de nuestras fronteras. En la imagen, María Elisa Corona, Maribel Borredá y Mª. Victoria Gómez durante una vi- sita a Israel para conocer la Escuela Profesional de Seguridad (PSOS, por sus siglas en inglés) de Tel Aviv, uno de los centros de formación más importantes del mundo. Acontecimiento social Los JJOO, a punto Enviadas especiales Seguritecnia siempre se ha caracterizado por su independencia, rigor informativo y espíritu colaborativo, constructivo y razonable. Muestra de ello es uno de los editoriales de 1991 de Ramón Borredá, quien, ante la publicación del borrador del Proyecto de Ley de Seguridad Privada y el asesinato de un vigilante por parte de unos delincuentes, proponía que la futura norma contemplase tres figuras operativas: “Vigilante de seguridad con arma de fuego, juramentado; vigilante de seguridad sin arma de fuego, juramentado –en ambos casos, uniformados y con defensa y grilletes–; y [como novedad] guarda de seguridad no juramentado, uniformado, sin defensa ni grilletes y dotado de un medio de comunicación inalámbrico”. “Así, esta legislación regulará una realidad social existente en el mercado laboral, determinada por la propia demanda del mismo, ya que el coste de un guarda de seguridad resulta menor, en casi un tercio, que el de un vigilante jurado; al tiempo que se establecerían así unas reglas de control, hoy inexistentes”, razonaba nuestro fundador, quien animaba al entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera, a poner remedio a un texto que “lesionaba el estatus laboral de los vigilantes” y “ponía en peligro la supervivencia de numerosas empresas”. SEGURITECNIA Hechos históricos 40+2
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