Seguritecnia 502
Editorial “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) / Julio-Agosto 2023 7 Profusión normativa, aplicación dubitativa L a adaptación a las nuevas regulaciones es una preocupación recurrente de los departamentos de seguridad y las empresas proveedoras, pero más aún en los últimos tiempos por la profusión de normas aprobadas, remozadas o previstas. Unas son de carácter europeo y otras de ámbito exclusivamente nacional, si bien ambos tipos entrañan un esfuerzo de adecuación por la complejidad que con- lleva su aplicación y los costes que suponen tanto económicos como laborales. En lo que atañe a la seguridad privada, las normas más relevantes son la Direc- tiva sobre Resiliencia de las Entidades Críticas (CER), el Reglamento General de Pro- tección de Datos (RGPD), la reformada Directiva sobre Seguridad de las Redes y Sis- temas de la Información (NIS 2) o las futuras regulaciones sobre Ciberresiliencia e In- teligencia Artificial. A todo ello se suman leyes de ámbito nacional pero que tienen un relevante impacto en el sector, como la sempiterna reforma del Reglamento de Segu- ridad Privada o la posible reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana. En general, por el momento existe poca concreción, más allá del RGPD, y muchas dudas en torno al modo en que serán adaptadas a la regulación española. Las empresas del sector, sean proveedoras o usuarias, necesitan sobre todo que exista claridad y concreción en todo el cuerpo normativo que se está conformando en estos momentos. Son la receta para evitar la incertidumbre y que las dudas conti- núen a pesar de la armonización de la normativa española. Las directivas aprobadas en los últimos años y las que están por venir suponen un cambio de enfoque de la seguridad que implicará cambios sustanciales en relación con la organización de las empresas y las medidas de aplicación. La colaboración entre el legislador y los suje- tos obligados será imprescindible para la comprensión por parte de todos los afec- tados de los cambios que se avecinan. Existen muchas dudas entre los profesiona- les que deberán despejarse, a ser posible, antes de ver los textos impresos en el BOE. Cabe mencionar, por otro lado, esas otras normas que están en el aire de cara a la próxima legislatura. Especialmente significativa es la incertidumbre –ya convertida en hastío– ya no solo por conocer cómo quedará el nuevo Reglamento de Seguridad Pri- vada, sino por saber siquiera si algún día será realidad. De ahí que haya quien aboga ya por reformar directamente la Ley de Seguridad Privada y adaptarla de paso a todas esas otras regulaciones que llegan de Bruselas. La seguridad en su conjunto deberá ser una de las prioridades del gobierno que se conforme tras las elecciones, sea del color que sea. El nuevo ejecutivo habrá de abordar con ese espíritu colaborador la armonización de todas las normas para ser capaces de hacer frente a las necesidades que plantean los retos de seguridad ac- tuales. Las empresas del sector, sean proveedoras o usuarias, necesitan sobre todo que exista claridad y concreción en todo el cuerpo normativo que se está conformando en estos momentos
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