Seguritecnia 506

/ Marzo-Abril 2024 92 Inteligencia y Seguridad La clave aquí está en disponer de una estrategia. Las empresas que no tienen una planificación estratégica, que no tienen una visión clara de qué quieren conseguir y qué es el éxito para ellas no encontrarán utilidad alguna en esta he- rramienta. Como hemos dicho antes, la IC debe ir estrechamente alineada a la estrategia empresarial, reforzando y op- timizando de forma continua todas las decisiones que se van planteando y que permiten alcanzar los objetivos. Lo fun- damental aquí es entender claramente el concepto, tanto por parte de la direc- ción como de los empleados involucra- dos, y adoptar un compromiso serio a la hora de apostar por ella. Beneficios de la IC Recogemos, a modo de síntesis, algu- nos de los principales beneficios que la implantación de una unidad de IC pue- de conllevar a toda empresa. Esta lista puede ampliarse en base al tipo de es- trategia en que se encuentre inmersa la organización. Permite entender mejor el entorno de los negocios, mediante el estableci- miento de mecanismos de vigilancia, con el objeto de preparar a la empre- sa para afrontar los cambios que le afectarán con mayor seguridad, consi- guiendo así su mejor adaptación y una previsión más exacta de oportunidades y amenazas. Consecuencia de lo anterior, dismi- nuye considerablemente el riesgo en la toma de decisiones por parte de la dirección. Capacita a la empresa para promover, facilitar y gestionar los flujos de cono- cimiento dentro de la organización, al ser una actividad principalmente hu- mana que implica directamente a un conjunto de empleados. Transforma el liderazgo, pues ahora, el rol fundamental del director de inteli- gencia en una empresa es coordinar y acceder a los conocimientos de perso- nas de la empresa, fomentando tanto el aprendizaje como el intercambio de conocimiento. Permite al directivo comprender en profundidad la industria en que compi- te su empresa, así como su evolución previsible, lo que le permitirá validar o negar rumores. Facilita un aprendizaje continuo sobre las estrategias corporativa y de nego- cio de los competidores, lo que permi- te a una empresa “actuar”, en lugar de “reaccionar”. Conclusiones En el entorno actual, el éxito de los ne- gocios depende del conocimiento sobre cómo desarrollar y emplear la IC para el logro de una ventaja competitiva. Se trata de recopilar y analizar información de calidad y, para ello, el factor humano especializado se constituye en el activo más valioso. Ello hace que las empresas que quie- ran seguir siendo competitivas tengan que convertirse en organizaciones inte- ligentes. Empresas de todos los tamaños tendrán que establecer una función de inteligencia para entender la naturaleza competitiva del mercado y conseguir un posicionamiento clave en el mismo. Y, si bien una gran empresa posible- mente disponga de más facilidades y recursos para implementar esta inteli- gencia, cualquier empresa puede adop- tar un modelo viable y ajustado a los re- cursos que posea, por lo que el tamaño empresarial o el campo de actividad de la empresa no debe suponer un freno para apostar decididamente por ella. Las empresas que quieran seguir siendo competitivas tendrán que convertirse en organizaciones inteligentes

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