Seguritecnia 507
Mujer y seguridad / Mayo-Junio 2024 28 Hace tres años que constituimos el Observatorio Mujer y Segu- ridad ante la necesidad de tener una entidad que, por una par- te, analizara los motivos por los cuales hay tan poca presencia femenina en el sector y la industria de la seguridad, y por otro, visibilizara a las mujeres que ya trabajamos aquí. Han sido tres años trepidantes, en los que nos hemos dado cuenta de la enorme labor que hay que hacer para conseguir los objetivos que nos marcamos en su día. También han sido tres años en los que hemos visto cómo, poco a poco, se va aumentando la presencia de la mujer en este ámbito. Durante 2023, llevamos a cabo 38 entrevistas a mujeres, a las que preguntamos cómo llegaron a la seguridad. Solamente nueve afirmaron haber elegido la profesión por vocación, frente a una abrumadora mayoría que la escogieron por casualidad. Centramos, pues, nuestros esfuerzos en crear referentes femeninos que puedan seguir las generaciones futuras y que animen a las jóvenes que comienzan su vida profesional a ele- gir la seguridad como su primera opción. Las mujeres somos cuidadoras por naturaleza, por lo que si “promocionamos” la seguridad como una actividad en la que se pueden desarrollar los cuidados de las personas, muchas mujeres se animarán a unirse a esta apasionante profesión. Paloma Velasco Merino Presidenta Mujer y seguridad: una combinación de valor al alza Nuestro primer Estudio Mujer y Seguridad , de 2022, ya ha- blaba de seguir impulsando el cambio de tendencia. Es cierto que hasta que no comenzamos con estos estudios para arrojar un poco de claridad sobre el estado en que nos encontrába- mos no había datos, principalmente sobre la presencia de la mujer en la seguridad privada. Agradecemos la colaboración en ese sentido de la Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía Nacional, que se puso enseguida a recopilar estos datos para que pudiéramos hacer nuestros estudios. Desde ese primero de ellos, ya hemos publicado tres, en los que hemos confirmado una tendencia creciente de la presen- cia de la mujer en la seguridad, tanto pública como privada. Si bien es cierto que esta tendencia es muy tímida todavía y que hay mucho trabajo por hacer, estos datos nos animan y dan esperanza. También dan esperanza las repuestas que obtuvimos sobre lo que aporta la mujer a la seguridad privada, como promo- ver la justicia, empatía, imaginación, sensibilidad, vocación de servicio público, aserción, adaptación, serenidad… Todo ello nos anima a seguir trabajando en este proyecto para consolidar ese cambio de tendencia, sin prisa, pero sin pausa.
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