Seguritecnia 508
/ Julio-Agosto 2024 96 Detectives L os detectives nos maneja- mos entre dilemas, y si no, los inventamos. Un dilema clásico es la ubicación mi- nisterial de nuestra profesión. Este di- lema es tan clásico que ya desprende un rancio aroma a Varon Dandy. Unos gritan con fatigado silbo gomero que deberíamos depender del Ministerio de Justicia, como si eso fuera lo que nos liberara de todo mal. Otros dicen otras cosas y otros callan. Esta es una profe- sión de cansados y callados. Voy a proponer en estas líneas un argumento que objetivamente prueba y fundamenta la razón por la que debe- mos seguir formando parte del colectivo de seguridad privada, Ministerio del In- terior. Que nadie se espere que esto va en serio, o por lo menos muy en serio, o por lo menos que nadie crea que pen- sar es de gente seria e inamovible que, con su aroma a Varon Dandy, regresa a casa oliendo a partida de dominó en el casino de Tomelloso creyendo que por ello eres serio. El primer ‘hipster’ Carlos I de España y V del Sacro Impe- rio Romano Germánico era un rey en cierto modo cachondo. En los albores de su jubilación metabólica, también llamada gota, decidió buscar un sitio recogido para disfrutar del ocaso de la vida y beber cerveza. No es mal plan, pero ¿eligió Marbella o Benidorm? ¿Eli- gió Gante, su ciudad natal? No. Eligió Cuacos de Yuste, que así dicho con la glotis apretada parece un gag de José Mota. Esa bonita zona cacereña, con cerveza, suena más llevadera. Y trajo los mejores Brauermeister (maestros cerveceros) para hacerse su propia cerveza. En definitiva, fue tanta la pa- sión que el emperador Carlos V sentía por la cerveza, que mandó instalar una factoría para fabricarla en su retiro de Yuste. La fábrica quedó a cargo de Enri- que Van der Hesen, maestro cervecero de Flandes. Era tan buena la cerveza que este maestro preparaba, que el rey le pa- gaba en vida 250 florines anuales. Además, Carlos V especificó en su tes- tamento que se le dieran 140 florines de pensión de por vida y 50.000 marave- dís por los costes. Mucho dinero para la época, sin duda. Entonces, recapi- tulemos: con esa barba y haciendo su propia cerveza artesanal… Sin lugar a dudas, ¡estamos hablando del primer hipster de la historia! No obstante, ¿estas cosas suceden también en la actualidad? Imaginaros: el rey Juan Carlos I de España, cuando abdica, se retira a Sotogrande, donde se convierte en un trendy wine harves- ter , elaborando su propio vino ecológi- co con una etiqueta muy cool con un nombre comercial tipo “Froilán” para los vinos cosecheros, esos vinos jóvenes, frescos y gamberros. Mientras que “Co- rinna”, como vino sofisticado, sería el caro, el que contiene sulfitos, el que se decanta como si se manejara nitroglice- rina. Y, por otro lado, ese vinito blanco, medio dulce, fresco y con un poquito sparkling a su manera, con retronasal de piña y etiqueta currada con el nom- bre de “Victoria Federica”, sería ese di- seño exclusivo de producto “neo retro posvintage” elegante y sobreactuado para masas. Pues, la verdad, no lo veo. Siguiendo con Carlos V el hipster , nos situamos en el año 1.500, cuando nace el emperador. (A título introductorio, si os fijáis, la palabra picaresca tiene to- das las letras de España menos la “ñ”.) En esos años, se manifestó un auge histórico en la explotación maderera de los bosques y, por consiguiente, trajo el pillaje clandestino de que “lo que hay en España es de los españoles”. Pero, era tal el fraude, que el monarca hipster tuvo la necesidad de crear mediante una pragmática un cuerpo de vigilantes del bosque que lo custodiaran: “[…] y que diputen las personas que fueren menes- ter, para que tengan cargo de guardar los dichos montes, pinares y árboles a costa de los propios de las dichas ciu- dades, villas y lugares, si los tuvieren; y no los teniendo, por la presente damos licencia y facultad a los Concejos, Justi- cias y Regidores de las dichas ciudades, villas y lugares, para que los maravedís que fueren menester, solamente para pagar los salarios que las dichas guar- das hubieren de haber, los echen por sisa o por repartimiento, como mejor vieren, con tanto que se gasten en ella, y no en otra cosa alguna…”. El monarca hipster tenía 18 años cuando ordenó redactar dicha prag- Javier Regidor Bailly-Bailliere Vocal de la Junta de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE) El origen de la seguridad privada y de los ‘hipsters’
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz