Seguritecnia 510
/ Noviembre-Diciembre 2024 18 PICSE una protección integral, es necesario un cambio en la cultura organizacional de muchas entidades, que deben con- siderar la seguridad física y la ciberse- guridad como elementos inseparables de un sistema de protección integral. Además, se requiere un sistema ágil y seguro para el intercambio de infor- mación entre operadores y autoridades competentes, garantizando que las co- municaciones sean rápidas y seguras sin comprometer la seguridad de los datos. No obstante, para alcanzar una res- iliencia efectiva en las infraestructuras críticas, es necesario adoptar una estra- tegia que permita detectar patrones de riesgo y anticipar posibles vulnerabilida- des en ellas y, por ende, en la prestación de los servicios esenciales. El buen uso de la inteligencia artificial para analizar grandes volúmenes de da- tos debe ayudar a identificar riesgos en tiempo real y permitir una mejor toma de decisiones ante amenazas inminentes. La recopilación y análisis centralizado de estos datos, junto con modelos predic- tivos, pueden mejorar la capacidad de respuesta y la toma de decisiones ante incidentes, mitigando así su impacto. Retos futuros A medida que las amenazas evolucio- nan, también surgen nuevos retos en el ámbito de la resiliencia. Uno de ellos es la integración de las nuevas tecnologías en un entorno seguro, como la inteligen- cia artificial y el Internet de las Cosas (IoT). Estas tecnologías, aunque ofrecen grandes ventajas, introducen nuevas vulnerabilidades que deben ser gestio- nadas cuidadosamente para evitar ries- gos adicionales en la seguridad de las infraestructuras críticas. Además, la resiliencia y la seguridad deben avanzar de manera coordinada. Esto requiere una gestión de riesgos to- tal que integre tanto las amenazas tradi- cionales como las emergentes y asegure que todos los actores implicados conoz- can y desempeñen eficazmente su papel en la gestión de la amenaza. En este sentido, el Esquema Nacional de Certificación en materia de resilien- cia será un componente clave del nuevo marco normativo. Este esquema permi- tirá validar y certificar que las entidades críticas cumplen con los requisitos de re- siliencia establecidos, aportando un es- tándar común y garantizando que todas las infraestructuras críticas han imple- mentado medidas de seguridad adecua- das. La certificación no solo aumenta la confianza en el sistema, sino que también fortalece la cooperación entre sectores, permitiendo un intercambio de información que mejora la respuesta y adaptación ante amenazas. Conclusiones Por tanto, el desarrollo de herramientas como la Estrategia Nacional de Protec- ción y Resiliencia, la Evaluación Nacio- nal de Amenazas y Riesgos y el Esquema Nacional de Certificación en Resiliencia representa un paso importante hacia una cultura de seguridad y resiliencia en las entidades críticas. Estas iniciati- vas no solo fortalecerán el sistema de protección, sino que también promove- rán la mejora continua en los sectores estratégicos. A medida que se transpongan estas normativas, se fortalecerán las capa- cidades de las entidades críticas, pu- diendo posicionar al Estado como un referente en resiliencia en Europa; con un enfoque integral en materia de segu- ridad, que garantice la continuidad de los servicios esenciales y proteja el bien- estar de todos los ciudadanos.
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